loader

Técnica y tipos de discurso

¿Cómo armar un discurso?

Definición de la palabra discurso.

La palabra discurso, según el RAE (Diccionario de la Real Academia Española) tiene diversas acepciones, y muchas de ellas con significado completamente distinto. Nosotros definiremos la palabra discurso de la siguiente manera:

“Un discurso es toda sucesión de palabras, expresadas de forma oral, extensas o cortas, que sirva para expresar lo que discurrimos; debe ser adecuado, es decir, ordenado, acomodado y proporcionado para lo que se quiere, perfecto para el caso”.

Función del discurso.

Existen tres funciones principalmente en un discurso:

A).- Entretener.

Busca en el auditorio una respuesta de agrado, diversión y complacernos. El propósito se basa en hacer olvida la vida cotidiana con sus pequeños sucesos y sus apremios basados en el humor. Ofrece grandes ventajas, ya que el tema puede ser de libre elección.

B).- Informar.

Persigue la clara comprensión de un asunto, tema o idea que resuelva una incertidumbre. Su principal objetivo es de ayudar a los miembros del auditorio para que estos pretendan ampliar su campo de conocimiento. Su característica principal de este discurso es llevar a cabo la objetividad.

C).- Convencer.

Su función básica es influir a los oyentes acerca de verdades claras e indiscutibles que de poder ser probadas y comprobadas. Se ha de argumentar lo que se dice, y para ello será necesario hacer uso de elementos cognitivos y racionales.

La utilización de la expresión verbal y el llamamiento de emociones para lograr este objetivo es muy importante.

El Propósito del discurso.

El primer paso para la planeación del discurso es decidir la función de éste (explicado en el punto anterior). Cuando el orador quiere hablar en público necesita saber la razón por la cual quiere hacerlo. También debe saber qué es lo que quiere obtener del público. De esta forma podrá optimizar sus esfuerzos en la preparación del mensaje, para que de esta forma cada argumento, imagen y palabra contribuyan para lograr su objetivo.

1.4- ¿A quién va dirigido un discurso?

Es muy importante que nos realicemos esta pregunta, puesto que de ello dependerá en gran medida la elección de nuestra forma de hablar y de nuestro vocabulario. No es lo mismo hacer un discurso la educación que de medicina, ya que el uso de tecnicismos y el vocabulario serán completamente distintos.

También hemos de observar que tipo oyente vamos a tener. No es lo mismo que un jefe haga un discurso a sus trabajadores en una cena de empresa, que un ministro lo haga ante el parlamento.

2.1- Las partes de un discurso.

Todo discurso debe constar de las siguientes partes:



A).- introducción

Se ha de tomar bastante importancia a esta parte del discurso. Es la parte donde se trata de explicar a “grosso modo” y entre líneas el tema que vamos a exponer. Se ha de hacer una breve definición del tema, y si lo necesitamos, también habremos de situar en la historia su aparición, sus orígenes como ha ido evolucionando.

Debemos:

    Referirnos al tema siendo breves, explícitos y prácticos

    Referirnos a la persona o a nuestra propia personas, si es que se va a hablar de estos, de una manera que refleje modestia y sinceridad.

    Formular una interrogante, ya que esta puede ser uno de los métodos más seguros y sencillos para abrir la mente de los oyentes y capturarla.

    Enunciar un aserto sorprendente llamado “choque técnico”, el cual consiste en expresar un comentario aventurado acerca de determinados hechos y opiniones.

    Emplear una cita de un autor o bien anónima.

Tomemos en cuenta que el objetivo de la introducción es captar la atención de la audiencia por medio del planteamiento de un tema en forma clara y atractiva. Por lo tanto, en este apartado del discurso nunca se debe hacer:

    Preámbulos excesivamente largos

    Comenzar con circunloquios embarazosos o excusas banales

    Iniciar con un cuento humorístico, ya que corres el riesgo de perder credibilidad, sin contar que no somos capaces de narrar una anécdota y podemos provocar el efecto de una “sonrisa fingida”.

B).- desarrollo

Es la parte del discurso que ha de tener más duración. En esta parte nos adentramos en el tema principal.

Por ello es una de las partes también más conflictivas, ya que al ser más largo que el resto, corremos el riesgo de perder la disponibilidad del espectador y su consecuente interés.

Para evitar que el factor “desconexión” aparezca, hemos de utilizar todas nuestras armas:

    Nuestros puntos a describir han de ser brevemente marcados en un principio, haciendo de esta manera que el oyente se realice mentalmente un planning del proceso del discurso.

    Intentaremos no hacer un cambio brusco de la introducción al desarrollo

    Seguiremos utilizando un vocabulario poco recargado y las frases utilizarán una sintáctica sencilla. Son preferibles y más aceptadas por la mente las frases cortas que las largas.

    Argumentaremos cada punto a tratar.

    Si podemos ofrecer una práctica de lo explicado, siempre conseguiremos un interés del público. La teoría y la práctica han de ser por separado y correlativas.

    Siempre hemos de tener en cuenta que es la parte principal de todo nuestro discurso. Hemos de ser extremadamente claros, evitar expresar suposiciones interpretaciones.

    No hemos de exagerar nada de lo que digamos, ha de ser natural y creíble para el espectador

    Siempre será bueno ofrecer experiencias (si se puede dar el caso) sobre el tema que se explica, sea bien propias y teóricamente vividas por ti mismo, o sea de alguna persona conocida.

C).- conclusión

Es el punto estratégico de un discurso, pues lo que se diga al final de éste serán las últimas palabras que se expresen y quedarán sonando en la memoria del auditorio por un largo tiempo, ya sea de manera acertada o de reflexión. Por ser ésta la parte más importante, hemos de tener especial consideración en:

    Hacer un recuerdo breve de las etapas recorridas durante todo el discurso

    Formular los puntos de vista del orador y los méritos que éste dé ante una solución.

    Si la naturaleza del tema requiere concluir con un reto o un consejo, es valido hacerlo.

    Usar como broche final una frase vigorosa, una fórmula valiente, una cita elocuente, una pregunta en donde tu oyente piense en la solución, una reflexión, etc.

2.2. Tipos de discurso.

Puesto que todos no disponemos de las mismas habilidades, se han creado básicamente cuatro tipos de discurso. Ellos son:

    Discurso leído.

Se redacta por escrito y el orador pronuncia directamente su mensaje. Sus ventajas son:

      El orador se concentra en la lectura

      No puede haber equivocación alguna de lo que realmente se pretender comunicar.

A su vez también tiene sus inconvenientes.

      El orador puede que tenga falta de vocalización.

      Puede que pierda el interés de su público por ambas razones: que no dirija la mirada a éste y que su entonación se mantenga al mismo nivel.

    Discurso memorizado.

Es aquél que se redacta y luego lo hacemos memorizar en nuestra mente. Este tipo de discurso requiere una mera preparación y estudio del mismo, a la vez que hemos de disponer de una gran memoria para almacenarlo en nuestra mente.

Tiene varias desventajas:

      Hagamos inflexión de la voz (poca variedad de entonación)

      Nos falle la memoria y perdamos el hilo del discurso. Ello puede ser muy engorroso.

      Podemos caer en la recitación.

      Alguna intervención del público puede llevar a reacciones inesperadas del emisor y llegar al grado de perder el hilo del mensaje que queremos transmitir.

    Discurso improvisado.

La improvisación consiste en “realizar” algo que hacemos todos los días sin darnos cuenta, es decir, explicar o exponer un hecho, pensamiento o idea cualquier que conozcamos y vestirlo con las palabras de nuestro léxico habitual. Sus ventajas son:

      No tiene estructura real (no se ha de redactar ni memorizar).

      El lenguaje que hemos de aplicar es cotidiano, por lo que no nos hace falta el esfuerzo de recurrir a un vocabulario más culto ni tecnicismos.

      Se hace muy creíble y natural, puesto que utilizamos recursos mínimos, pero usados habitualmente.

Sin embargo, también podemos encontrarnos con varios obstáculos:

      Podemos caer en la redundancia, y repetirnos excesivamente

      Puede que recurramos a muletillas (coletillas) con frecuencia.

      El vocabulario del que disponemos puede que sea muy pobre.

      Sin querer, es posible que se creen incoherencias entre una oración y otra.

    Discurso “extempore”.

En realidad se trata de un discurso mixto. Es un procedimiento combinado, pues este tipo está situado entre el leído y el improvisado.

Sus ventajas son:

      La estructura la realiza el orador con total libertad.

      Existe libertad de expresión en cuanto a la información que se vaya a transmitir.

      Es válida la utilización de un lenguaje cotidiano o un argot, dependiendo del conocimiento del orador.

      No hay necesidad de memorizar el texto, simplemente de entender, comprender y practicar el mensaje que se va a transmitir.

      Dentro de nuestro mensaje podemos dar ejemplos de la vida cotidiana que nos ayudarán y darán refuerzo y credibilidad a nuestro discurso

Los únicos inconvenientes pueden ser que no canalicemos los nervios y no exista una relajación por parte del emisor.

2.3.-Preparación de un discurso.

La preparación de un discurso ha de ir precedida siempre por unos puntos que debe plantearse el emisor:

      Hemos de saber hasta que punto llega nuestra capacidad de comunicación y asertividad.

      Si somos capaces de “escuchar con la vista al público” y leer las miradas para interpretar sus pensamientos (si se aburren o distraen…)

      Cómo de grande es nuestra habilidad para usar y recibir retroalimentación

Una vez analizados los puntos anteriores, procederemos a crear nuestro discurso. Para ello hemos de seguir los siguientes pasos:

Selección de un tema. Hemos de escoger un tema a tratar y definir en que variante nos queremos centrar.

Acopio de información. Utilizaremos todos los medios posibles para conseguir todo tipo de información relacionada con el tema.

Selección de materiales. Después de una extensa, pero minuciosa búsqueda de información, seleccionaremos aquello que nos resulte de más interés, evitando rellenos y banalidades que no pueden venir al caso.

Elección de material de apoyo. Siempre es importante, puesto que está demostrado que un material de apoyo como puede ser aparatos reproductores de presentaciones, diapositivas, hojas anexas, ejemplos, videos, etc., aumenta el interés del espectador en un 30 %. Y queda retenido en su memoria un 20 % más de tiempo que lo habitual.

Construcción del mensaje. Hemos de construir el mensaje, crear un índice y seguirlo paso por paso.

Conclusión. Hemos de crear una conclusión que impacte y sea extremadamente receptiva por parte del oyente.

2.4- Construcción del guión.

La construcción del guión es a lo que nos referimos cuando marcamos el guión que tenemos que leer o expresar delante del público. Es la parte que los espectadores solamente ven, ya que nuestra preparación para llegar a este punto, a pesar de ser extensa, queda reflejada sólo por lo que vayamos a explicar.

Es por ello, y dada la importancia de este punto, que tenemos que fijarnos cuatro características, desde el principio hasta el final del guión. Ellas son:



  • Concisión y exactitud. Hemos de convertir nuestro tema aunque sea complejo y largo en una declaración cortas, sencilla de entendimiento, en donde la idea reside en las acciones principales que el orador realiza y manifiesta el propósito de que el receptor/ores puedan crear preguntas en su mente, elaborar un pensamiento desde la perspectiva de éstos, en donde al finalizar el discurso, los oyentes se queden con algo que analizar y acaben en un resultado positivo.

En la redacción se debe evitar palabras innecesarias como ya hemos comentado, procurar mantener una voz activa, y entremezclar afirmaciones y preguntas.



    Claridad. Hemos de procurar que nuestras palabras manifiesten una función clave en la conclusión o término de nuestro discurso. Éstas, por supuesto han de llamar la atención tanto por su vivacidad como por su entonación.

    Originalidad. La expresión de cada individuo es diferente y por ello mismo ha de evitar caer en un estilo corriente y visto. La información que integras en tu discurso dirá a los demás el profesionalismo y compromiso a la hora de desarrollarlo.

3.1- La retroalimentación.

Como ya sabemos, la retroalimentación es aquel sistema capaz de dar y recibir información.

Es muy importante que durante todo el discurso seamos capaces de crear un ambiente interactivo, y que no se trate solo de un canal de transmisión en un solo sentido. El uso de hacer preguntas en el aire, aunque sean contestadas por ti mismo, ya crea en el espectador un halo de interactividad, aunque se manera indirecta. En definitiva, tenemos que hacer creer al espectador que su presencia es realmente importante, y que el forma una parte importante del discurso.

3.2- Comunicación no verbal.

Es aquella que se expresa con la mirada, los gestos, el movimiento. No sólo las palabras componen un discurso. El 55 % de este tipo de comunicación está compuesto por la comunicación no verbal y un 87 % llega de forma visual al cerebro del oyente. Dado que son unos niveles de porcentaje muy elevado, hemos de procurar hacer movimientos que sean rítmicos a nuestra explicación y que faciliten al oyente con la vista parte de lo que queremos decir.

3.3- Uso de coletillas y conectores.

En este punto nos referimos a la concordancia de nuestras frases y al enlace de unas con otras. Se han de evitar cortes al máximo para no dar a entender que estamos tratando de puntos distintos, sino de que todo es el mismo tema relacionado. El uso de conectores, y coletillas (por tanto, también, de esta manera, así, por ejemplo, siguiendo con el siguiente punto…) nos pueden ayudar en gran medida a que esto se cumpla.