En la presente ocación,
abordaremos unos de los
temas más fascinantes de
la historia humana.
Consistente en aquel don
de la oratoria, que ha
estado sujeto a
transformaciones, desde
la Antiguedad, hasta
nuestros días.
La Oratoria ocupa un
lugar especial, en la
vida misma.
El poder
de la convicción, de
representantes de cada
país, es menester en un
mundo de transformación.
Estas transformaciones
si fuesen en su
totalidad, colmadas de
ética y moralidad, cuán
grande y evolucionado
sería la existencia de
cada ser.
La
Oratoria, es pues, unos
de los elementos
fundamentales en la
unificación de
criterios, y la
comprensión y el
estímulo de masas.
Su
íntrinseca facultad de
la oratoria, está
inmerso en cada ser
humano, aflorarlo y
desarrollarlo es una de
las metas de las
personas que buscan un
bienestar.
Al decir
bienestar, no deseamos
que se entienda como un
bienestar propio y
egoísta, más por el
contrario ha de
entenderse, como la
busqueda de un real
bienestar colectivo y
mancomunado, velando los
intereses de los valores
trascendetes de una
sociedad y no
simplemente aquellos que
constituyen valores
suntuosos y superfluos,
de bienes materiales.
La oratoria, muy bien
encaminada, por parte
del poseedor, se
beneficiará de grandes
satisfacciones para su
realización. La vida
tendrá un nuevo sentido
si lo conjuga con lo
excelso de la
existencia.
Es así,
que en la edad
contemporánea, se ha
dado mayor soltura al
aprendizage de la
oratoria, ya se nos es
común apreciar, hoy en
días, las infinitas
invitaciones a cursos de
enseñanza mediante
folletos, impulsados por
grupos culturales.
Este factor de soltura,
y de nuevas obciones,
otorgan mayor desarrollo
al mismo.
Han quedado olvidadas y
en buena horas, aquellas
costumbres de las épocas
pasadas, que era
requisito fundamental
dominar los gestos
pintoréscos, la
modulación estirilizada,
la posiciones
acomodadas, las miradas
precisas, etc....
Los
cuales, el daño que
realizaban eran muchas
veces tremendas para el
orador, quien se
preocupaba más en los
factores externos de
visualización, olvidando
los internos que nacen
del corazón del
verdadero orador. Estos
factores internos deben
ser primero cultivados,
los retantes vendrán de
añadidura. Si un orador,
debe demostrar
sinceridad, antes bien
debe ser sincero consigo
mismo y con los demás.
Estas cualidades sólo
son obtenidas, en el
tiempo; ganadas por las
experiencias objetivas
de la vida.
Todos estos
aspectos, son tomados en
cuenta en la actualidad.
Hoy, no se busca ser
engañado sino
comprendido, escuchado,
valorado, orientado y
legitimado.
Hablaremos de la
trilogía de la oratoria
y sus cualidades de cada
una de ellas.
Cuando
ingresemos en la segunda
parte, de este estudio,
correspondientes a los
grandes oradores
contemporáneos; hemos
querido nombar aquellos
más célebres, porque
ciertamente sería
imposible hablar de
todos, más aún sabiendo
que cada población por
muy pequeña que fuese,
siempre posee uno o
varios oradores, por
supuesto siendo
diferentes unos de otros
en calidad pero
similares en el rol que
tratan de desempeñar.
Entonces, recordaremos a
individuos que marcaron
época, y nos
interrogaremos ¿Cual fue
la clave de su éxito?, y
la respuesta vendrá
anexa en sus origenes de
cada uno de ellos,
teniendo todos por punto
de armonía una cualidad
común: "LA CREENCIA A SU
PROPIA CAUSA".
Hablaremos desde los
comienzo de la Edad
Contemporánea, fines del
siglo XVIII, retomando
los hilos de la historia
en Robespierre,
posteriormente
realizaremos un viaje
imaginario a la India,
donde encontramos la
figura de la
no-violencia, aquel
"Mahatma o alma grande",
que lleva por nombre
característico Gandhi.
Después iremos a
América, encasillandonos
en los Estados Unidos,
para recoger de allí a
un gran orador y
presidente, que supo
cumplir con su misión de
dar libertad a los
negros, y romper las
cadenas de la esclavitud
y del abuso, para
entonces.
Luego de ello,
ingresaremos a nuestro
país, y trataremos de
encajar los tiempos a la
historia universal, para
extraer de lo recóndito
de la historia nacional,
a un gran presidente
orador que tuvo nuestra
República, que es
reconocido por los
especialistas como "el
gran mago de la
oratoria", hablamos de
don Mariano Baptista
Caserta.
Todo esto ocurrirá
en la primera parte, ya
en la segunda parte, nos
abocaremos al estudio de
las clases de oratoria,
en tres formas: oratoria
política, didactica y
forense, dejando esta
última para posterior
estudio, por parte de
otro componente del tema
a tratarse. Ya que como
sabemos, el siguiente
punto corresponde a la
oratoria forense y su
importancia en el foro.
Con todo ello, hemos
deseado haber cumplido
con las espectativas de
estudio, pudiendo tomar
enfasis en los aspectos
más sobresalientes de la
Oratoria.
Recordando
siempre que la oratoria,
es una virtud
trascendente cuando se
lo encamina en conseguir
logros de notable
reelevancia en la
sociedad, tanto fuese
este para la enseñanza
educacional, como para
resolver conflictos
espinudos de la vida
civil, y en tanto fuese
ella para la vida
política donde se dirige
a una Nación hacia un
fin.
2. Evolución Histórica
De La Oratoria
La oratoria en la edad
contemporanea: grandes
oradores contemporaneos.
Si la edad moderna
comprende desde la toma
de constantinopla hasta
la Revolución Francesa
(Fines del siglo XVIII),
entonces diremos que la
edad contemporanea
corresponde a lo
subsiguiente de la
anterior hasta nuestros
días.
Dijimos en
anteriores oportunidades
que la oratoria es el
arte de hablar con
elocuencia; de deleitar
y persuadir por medio de
la palabra.
Para aclarar lo dicho en
pocas palabras, diremos
que por elocuencia
debemos entender aquella
facultad de hablar bien
y de modo convincente,
gracias a la fuerza
expresiva poseída por el
orador, en todos sus
aspectos tanto internos
como externos; ahora
bien debemos saber que,
deleitar es causar
placer o agrado en el
ánimo o los sentidos de
los oyentes y que
persuadir significa
convencer con razones a
otra persona, es decir
es el hecho de inducir a
uno a creer o hacer
algo.
En cuanto a estos
aspectos diremos que la
oratoria, como arte y la
elocuencia como fuerza
expresiva, van juntas,
ya que no se posee el
arte si no se tiene la
fuerza vital de esta.
Referente al deleite y a
la persuación ambos son
concecuencias de las
primeras, y es en estas
donde estriba el éxito
de los oradores. La
causa es la facultad del
orador y el efecto es la
atención, entendimiento,
comprensión,
convencimiento y los
ánimos conseguidos en
los oyentes por parte
del orador.
La oratoria se
encuentra reflejada en
el discurso, y el
discurso en su conjunto
ofrece una trilogía, la
cual en el presente
periodo, han sidos
tomados con más enfasis,
ya que con ellos se
pueden alcanzar los
objetivos trazados y los
efectos deseados.
El discurso es el
razonamiento extenso
dirigido por una persona
a otra u otras, es la
exposición oral de
alguna extensión hecha
generalmente con el fin
de persuadir, y que ella
como dijimos se
encuentra conformada por
tres aspectos que son:
Tema o contenido del
discurso, Orador y
Auditorio.
En primer
lugar, tenemos el
contenido del discurso,
el cual debe ser tejido
en el telar de las
experiencias, debe estar
copado de detalles,
ilustraciones,
personificaciones,
dramatismo y ejemplos en
algunos casos; y todos
estos expresados con
terminos familiares y
concisos los cuales den
la comprensión y el
entendimiento adecuado;
en donde lo que se
quiere decir sea
entendidos por todos.
Luego está el
orador, el cual debe
reunir los atributos
adecuados (mentales,
fisicos y vocales), que
contribuyen a vigorizar
el discurso. Para tal
cometido debe elejir
temas por los cuales se
siente convencido. Su
atributo mental se
refleja en copar toda la
extensión de su
disertación y saber
limitarlo en los
aspectos más importantes
y sobresalientes.
En
cuanto al factor físico,
corresponde el hecho de
dar mayor reelevancia en
la acentuación mediante
los gestos correctos,
todos ellos diremos
nacidos del corazon, los
cuales deben ser
realmentes sinceros y no
fingidos como algunos lo
tienen por costumbre,
para alcanzar sus
apetitos propios,
egoistas y vanidosos.
La vocalización es
otro atributo, debiendo
ser este claro, seguro,
viváz, determinante y
conciso.
Aquí se
puede agregar un
atributo más, el cual
sería que todo orador
debe estar preparado
tanto psiquica, moral y
espiritualmente. No debe
poseer en su interior el
deseo del engaño, ni
beneficio enteramente
propio, sino que debe
ser un interés
colectivo, debe sentir
el agrado de dar a sus
oyentes, en forma
espontánea y verdadera
las investigaciones
realizadas.
Por último nos
encontraremos con el
auditorio, el objetivo
al que se dirige el
discurso y el árbitro
desicivo del éxito o el
fracaso del orador.
El fin del orador es que
sea entendido en sus
anchas todo lo que desea
otorgar al auditorio,
para tal cometido los
terminos usados deben
ser de interés de todos
los reunidos en dicha
oportunidad, debe
imperar un ambiente
participativo y leal.
Al margen de esto,
es necesario que el
orador conozca a quienes
tiene en frente, por tal
motivo, a razón de
ejemplo, debe
interrogarse ¿cómo es mi
auditorio?, ¿el tema que
deseo serles partícipes,
llegará a ellos y comó
lograr esto?, dichas
interrogantes deben ser
respondidas por él mismo
realizando una
investigación cuidadosa
al respecto, pero no
debiendo caer en una
preocupación desmedida
al respecto.
3. Grandes oradores
contemporaneos.
La oratoria es un don
especial para el que lo
posee, y un preciado
tesoro para quien lo
obtuvo, con su gran
trabajo.
En esto sabemos que en
cada pais del mundo,
encontraremos muchos
virtuosos oradores, los
cuales nombrarlos y
contarlos uno por uno,
sería realmente
imposible, ya que muchos
seres llevan en su
interior este especial
dote, algunos de ellos
inhatos en su ser, más
en otros obtenidos por
propio esfuerzo, pero
impulsados por la
voluntad y tenacidad.
Para hablar de los
grandes oradores, nos
limitaremos tan solo a
los más conocidos por la
historia universal, a
razón de su variedad de
los mismos.
Con el
objetivo de copar todas
las espectatitivas,
nombraremos a oradores
políticos, los cuales
marcaron épocas tanto en
la historia del mundo,
como en su pais
perteneciente. Para lo
cual, serán expuestos un
personaje de tres
continentes; nos
centraremos en América,
en sus tres aspectos:
Sud América, Centro
América y North America.
Demos Inicio con:
A.-
El Continente Europeo.
Empezamos en Europa, nos
encontramos en la época
de la Revolución
Francesa.
Allí está
Maximilien de
Robespierre, más
conocido como "el
Incorruptible", abogado
de profesión, nacido en
Arras, 1758. Sufriría la
guillotina, conforme a
sus daños causados,
dando fin a su
existencia el 28 de
julio de 1794. nbsp;
Robespierre emergió de
la oscuridad
parlamentaria,
estableció su
preponderancia y habría
de gobernar a Francia
por medio de la
oratoria. Hablando de sí
mismo, decía que él
había sido hecho para la
revolución, y luchó por
la revolución casi
exclusivamente con
palabras. "El amor a la
justicia, a la
humanidad, a la
libertad", dice,
definiendo su natural
inclinación
revolucionaria, "es una
pasión como cualquier
otra. Cuando nos domina,
la sacrificamos todo".
Sus habilidades
oratorias ya eran
evidentes antes de la
Revolución, lo mismo que
su uso de la oratoria
como un instrumento de
agitación popular.
Durante los meses de
excitación
prerrevolucionaria y
actividades en Arrás
había habido quejas de
que Robespierre
insultaba directamente a
la oligarquía local,
dirigiendose a quienes
estaban fuera de su
esfera. Y sus métodos de
elección habían de
suscitar el mismo cargo.
Ya diputado, iba a ser
acusado de Demagogia.
La revolución fue
una grán época oratoria
y Robespierre compartía
con sus contemporáneos
una excepcional fe en
las palabras.
Gozaba
leyendo en voz alta a
los clásicos franceses,
una afición que revela
el amor a la música de
las palabras y una
mentalidad de carácter
oratorio. De cuando en
cuando se quejaba de que
la oratoria formal a la
cual eran aficionados
los diputados, y que
imitaba conscientemente
a los modelos romanos,
especialmente Cicerón,
erán menos valiosas que
las efusiones
espontáneas que nacían
de un corazón simple y
sincero, pero él, por su
parte, era autor de esos
discursos elaborados.
Casi siempre leía un
texto que ya estaba
preparado. Los pocos
manuscritos de propia
mano que nos han llegado
muestran docenas de
correcciones que prueban
esta actitud. Sus ideas
eran compuestas,
peinadas y empolvadas
tan meticulosamente como
su persona, antes de ser
presentada al mundo. En
ambos casos se dejaba
ver el gusto del antiguo
régimen, que persistía.
La oratoria
revolucionaria en
Francia era el producto
de modelos clásicos, que
en un tiempo habían sido
modificados para
adecuarlos a las
necesidades del púlpito,
el tribunal o el salón
de conferencias, y que
ahora fueron modificados
por la revolución.
Demóstenes y Cicerón,
los máximos oradores de
la antigüedad, eran
estudiados
minuciosamente, así como
a los críticos y
gramáticos que habían
analizado y
racionalizado lo que era
más escencial en la
oratoria. Aparte de
estas preocupaciones
puramente técnicas,
tantto Demóstenes como
Cicerón habían sido
opositores a los
tiranos, el primero a
Felipe de Macedonia yu
el segundo a Julio
César. Y sus
sentimientos y su pasión
republicanos eran más
apreciados por lo
oradores
revolucionarios. Ahora,
por primera vez en la
historia francesa, los
temas de la ciudadanía,
el patriotismo y el
deber de resistir al rey
eran predicados
abiertamente. Cuando los
revolucionariosvolvían a
las fuentes de la
oratoria antigua, para
encontrar en ella
inspiración e
instrucción, lo hacían
en un nuevo espíritu: la
sustancia era por lo
menos tan importante
como el estilo.
Los revoluvionarios eran
aficionados a la
oratoria como se puede
ser aficionado a la
ópera o
el teatro.
La carrera
de Robespierre era
igualmente deudora de la
oratotia y, aunque él
distaba de ser uno de
los grandes oradores de
su tiempo - sus
contemporaneos Danton y
Vergniaud, con
temperamentos y carreras
muy distintas, compatía
ese honor- era muy
admirado por sus colegas
y podía sostenerse que
era el orador másd
efecaz.
La forma y el fondo
son inseparables. Aquí
subrayo la forma, ya que
el fondo de
Robespierrees la base de
todo lo que sigue.
Cuando el joven
Robespierre dio los
primeros pasos en la
carrera legal,
loscríticos de lsa
oratoria tribunalicia
distinguían dos clases
de discursos: los de los
abogados, que
sacrificaban el estilo
al deseo de ganar una
causa, y los de los
literatos, que
utilizaban el estilo
para revelar principios
básicos racionales.
Robespierre estaba
dentro de estos últimos.
Robespierre estaba entre
estos último. Sus casos
legales, por la forma en
que los defendió, eran
ejemplos específicos de
posiciones generales. El
caso Pagès, que versaba
sobre un dinero
prestado, se convirtió
en una consideración
sobre la usura; el caso
de Mary Somerville, en
torno a la herencia
disputada, se transformó
en una exposición de los
derechos de la mujer; el
caso Déteuf, que tenía
que ver con una falsa
acusación de robo, hecha
por un monje que quería
vengarse de una mujer
que había resistido sus
intento de seducción, se
convirtió en un análisis
del lugar que debe
ocupar el clero en la
sociedad.
Ya hemos visto que
el caso pararrayos y el
caso Dupond llegaron a
ser respectivamente una
confrontación entre
ciencia y superstición y
una diatribaen contra de
la justicia arbitraria y
el encarcelamiento. Esta
costumbre de generalizar
liberó a la oratoria de
Robespierre, incluso
antes de la revolución,
de buena parte de la
jerga legal y la
estrechez profesional
que perjudicaba a muchos
de sus contemporaneos,
que también habían
llegado a la revolución
desde una carrera en la
jurisprudencia.
Robespierre rara vez
opinaba sobre la
oratoria y, cuando lo
hacía, no tomaba en
cuenta los aspectos
técnicos del arte. El
consideraba la inspiración,
para sí mismo y para
cualquiera que hablara
con propósito y sentido,
como fundamental.
Como orador,
Robespierre inició la
revolución con ciertas
desventajas técnicas.
hablaba comn un fuerte
acento regional
artesiano; su voz,
demasiado aguda para ser
naturalmente agradable,
era debil de volumen y
carecía de variedad en
los tonos. Su presencia
física no era imponente:
era un hombre bajo y
delgado, con una cabeza
voluminosa. Su mala
vista le exigía usar
gafas, que habeces se
levantaba sobre la
frente, cuando estaba
hablando, para frotrase
los ojos. Los gestos que
hacía en la tribuna eran
breves, un poco brusco y
crispados. En otras
palabras no tenía la
presencia de un orador
importante y dominador,
y estas insuficiencias
estaban agravadas por la
costumbre de leer sus
discursos, hundiendo las
narices en el texto
escrito.
Robespierre era
perfectamente
conscientes de sus
falencias, y procuraba
vencerlas o lograr que
sus oyentes no las
notaran. De todos modos,
su importancia no
radicaba en la
perfección técnica de su
oratoria, sino en lo que
tenía que decir. Lo que
no podía aprenderse era
lo que más importaba,
"una elocuencia que
brota del corazón y sin
la cual nada es
conveniente". Y esta
elocuencia él la poseía
y se explayba en la
revolución. Incluso era
capáz de improvisar
brillantemente, aunque
lo hacía pocas veces,
prefiriendo no
entregarse a las
pasiones del momento,
atento a obtener esa
presición que sólo la da
la pluma. En sus
manuscritos encontamos
dos clases de
correcciones. A veces
con la pasión de la
destrucción, tachaba
pasajes enteros "con una
red de barras
irregulares". En otras
ocaciones sustituía una
que otra palabra,
buscando cuidadosamente
el vocablo justo.
Asimismo, los
manuscritos de
Robespierre revelan
mucha atención a los
efectos. Insertaba con
todo cuidado pausas
destinadas a impresionar
a los oyentes con el
horror o hacer que
estallan en aplausos
entusiastas. Y como
siempre hablaba para los
que estaban más allá de
las paredes de la
Asamblea y que tendrían
que leer o escuchar sus
discursos dec segunda
mano, se tomaba el
trabajo de lograr que
sus palabras fueran
repetidas exactamente.
Elaboró un estilo que
consistía en hacer
pausas frecuentes, como
si estuviera dictando su
discurso. "Como el
elocuente Robespieerre
siempre se interrumpe,
para mojarse los
labios", escribe un
periodista, "uno tiene
tiempo para escribir".
Estos discursos
cuidadosamente
preparados, pronunciados
con nitidez, con
adecuadas citas de
Bacon, Leibniz,
Condillac y Rosseau,
entre los escritores
modernos, con las
alusiones clásicas
favorecidas en esos
tiempos, con pausas para
lograr efectos
dramáticos y énfasis
para obtener aplausos,
era el medio por el cual
Robespierre se revelaba,
dictaba una
autobiografía
revolucionaria al mismo
tiempo que revelaba a la
Revolución. Había
adquirido ahora el
hábito de pensar en voz
alta ante sus oyentes, a
menos esta era la
impresión que daba. Y lo
lograba haciendo
preguntas retóricas que
muchas veces dejaba sin
respuesta, con el
propósito de sembrar una
idea y también obtener
un efecto retórico. Esta
afectación molestaba e
intrigaba a la vez. ¿Que
debemos hacer ahora?,
¿Cuál es la mejor manera
de asegurar la
supervivencia de la
Revolución?,
¿Fortalecerá mi muerte
los fundamentos de la
virtud?. Estas y otras
preguntas semejantes era
su manera de entablar
con sus oyentes un
diálogo moral y público,
compartiendo con ellos
sus dudas y temores.
Robespierre, poseía
temores partículares,
los cuales no lo
incorporaba a su
oratoria, y esto por
razones obvias; ya que
unos de sus temores era
previo ingreso a la
tribuna, esto por su
timidez, y así lo hace
saber él mismo a su
amigo Etienne Dumont,
pero "cuando empezaba a
hablar" se veía libre de
la angustia y "ya no era
consciente de sí mismo".
"La mente de
Robespierre tendía a un
modo dialéctico de
pensamiento y expresión.
El no buscaba el reposo
y la serenidad, aunque
la forma de su discursos
expresa orden y
equilibrio en un grado
extremo. Buscaba el
vigor, el trueno de los
anatemas, como cuando
denunció al general
Dumouriez o condenó al
despotismo como un mar
sin orillas, que inunda
al mundo y lo convierte
en "el patrimonio del
crimen". Este estilo
tiene sus peligros.
Robespierre, como
Rousseau antes de él,
solía ser arrastrado por
sus excesos retóricos,
se entregaba al tema
rapsódico que él mismo
componía, quedaba
hechizado por los
sonidos de las palabras,
que rodaban como olas
sobre el temsa,
enterrando el sentido
bajo el sonido.
Robespierre, cuando
pierde el control de su
verborrea, cuando se
aleja de lo concreto y
los detalles, flota
patéticamente,
acumulando imágenes y
abstracciones.
La voz única de
Robespierre, tanto
tiempo aislada y temida
en la Constituyente, se
convirtió en la voz de
los Jacobinos y después
en la de Francia
revolucionaria".
B.- Continente Asiatico.
Hablaremos en esta
ocación, de un célebre
ser, el cual es
recordado muy
afectivamente en la
India, con el seudónimo
"el Mahatma", es decir,
el "Alma Grande".
Debido a su escaza
documentación, en cuanto
a su oratoria, es
preciso dar una breve
reseña bibliográfica de
su persona, para llegar
a comprender los
alcances de su oratoria
y los frutos
conseguidos.
Mohandas
Karamchand Gandhi, nació
el 2 de octubre de 1869
en Pobandar, capital del
principado independiente
del mismo nombre y
pequeño puerto de la
casi isla de Kathiyavar,
en la costa noreste de
la India. Era el cuarto
hijo de Karamchand y
Putlibai Gandhi, de la
casta de los vaishya y
sub csata de los Modh
Baniya. Según la
tradición de los vaishya
o vaiçya debían
dedicarse a la
agricultura, la
artesanía o al comercio
y durante mucho tiempo
los Gandhi, como lo
atestigua su
patronímico, que
significa "comerciante
de especias", habían
mantenido la tradición.
Después, por favor del
príncipe o méritos
personalse, el abuelo y
el padre de Mohandas
fueron diwan (Primer
ministro) de Porbandar.
Aunque el título era
pomposo, el cargo era
relativamente modesto en
tan pequeño estado. Pero
proporcionaba al menos,
teniendo en cuenta los
hábitos locales, vida
desahogada y
consideración.
Gandhi, tuvo una
infancia tranquila; la
gran piedad de Putlibai
influía vivamente en el
entorno. Esta mujer
sencilla e inteligente,
a la que se le pedía
consejo incluso para los
asuntos del Estado, era
ante todo una ferviente
vishnuita. Muy debota a
sus principios, llevaba
con ella a los niños, al
templo, con el nombre de
Rama en los labios,
cumplía con los ritos y
los severos ayunos a los
que ni siquiera por
enfermedad faltaba.
Por su parte su
padre, Karamchand, era a
pesar de sus errores, un
hombre leal, generoso y
de trato facil a pesar
de su temperamento
irascible. Poco
instruido como la mayor
parte de los indios de
aquella generación,
poseía una mericida
reputación por su
estricta imparcialidad y
su experiencia, que le
permitía resolver con
facilidad los problemas
más complejos. Al igual
que su esposa era
también vishnuita y un
vegetariano consumado.
Es así, que en Mohandas,
"empezaba a arraigar, la
convicción de que la
moral es el fundamento
de todo y de que la
verdad es la sustancia
de toda moral"
Contrajo matrimonio,
conforme a la costumbre,
a la edad de 14 años. La
cual fue para él una
pesadilla, a tal motivo,
años después, combatiría
en contra a dicha
costumbre.
En la escuela su
situación era también
tensa. La enseñanza, en
ingles desde la
promulgación de la ley
Macaulay (1835),
sembraba el desarrollo
en el espíritu de los
jóvenes. Se les
inculcaba el dogma de la
superioridad absoluta de
todo lo que procedía de
Inglaterra, es lo
impregnaba de admiración
por la gloria de
Inglaterra, por su alta
civilización, sus
conquistas científicas,
su organización
política, su invencible
poderío. En
contrapartida, se
trazaba el cuadro de
todas las deficiencias
pasadas y presentes de
la India. De forma que
ignorando la grandeza de
su país, aquellos
adolescentes estaban
persuadidos que no se
convertirían en hombres
más que a condición de
romper con sus
tradiciones, creencias,
costumbre, y copiando
civilmente a sus
maestros.
Mohandas al
igual que sus
compatriotas soñaba con
sacudir el yugo: Deseaba
ser fuerte y audaz, y
quería lo mismo para sus
compatriotas, a fin de
poder vencer a
Inglaterra y liberar a
la India.
El pensaba muchas cosas,
algunas de ellas
absurdas propias de su
adolescencia.
Cuando al acabar la High
School de Rajkot, se
inscribió en la
Universidad de Bhavnagar
descubrió que era
extraordinariamente
inculto, y al sentirse
incapaz de seguir los
cursos, acudió
descorazonado junto a su
madre.
Parecía que no
tenía solución, ya que
su padre ya había
muerto; pero tuvo por
fortuna un brahmán
erudito y amigo de la
familia, quien sugirió
que le enviasen a
Londresa cursar los
estudios de Derecho.
Gandhi, pensaba las
maravillosas
perspectivas, afirmando:
"ver a Inglaterra, la
tierra de los filósofos
y los poetas, el corazón
mismo de la
civilización" pensaba en
ella todo, el tiempo.
Habría partido ese mismo
instante si hubiera
estado en sus manos la
desición. A pesar de
todas las prohiviciones,
Gandhi convenció a su
madre, y con desbordante
sentimiento embarcó el 4
de septiembre de 1888,
dejando a su hermano el
cuidado de su mujer y a
su hijo recién nacido.
Otras dificultades
esperaban a Gandhi, en
Londres. Aunque
perdidamente admirado de
la civilización
occidental, ignoraba
todo sobre ella, hasta
el uso de la cuchara y
el tenedor.
La pronunciación del
inglés era un suplicio.
Para el colmo, estaba él
inmerso en vanidades,
nada más al llegar,
emprendió una tarea
sobrehumana, desaba
convertirse en un
‘Gentleman’. Al cabo de
tres meses, sin embargo,
había ya sentado cabeza.
Y se hizo una promesa
consigo mismo: no
tacaría el vino, las
mujeres, ni la carne.
Terminado su curso,
en sus tres años de
estadía en Londres;
después de pasar la
prueba final en la
Universidad, la cual fue
muy dificil, teniendo
por logro el dominio de
la lengua inglesa.
Partió de regreso a su
tierra natal. Pero allí
se dió cuenta de su
situación, una timidez
enfermiza, unida a una
ambición sin empleo, le
paralizaba le paralizaba
e incapacitaba para
hablar en público e
incluso para leer lo que
había redactado. Además
¿qué es lo que había
adquirido en Londres?
Unas vagas nociones de
derecho inglés, mientras
que carecía de cualquier
noción de Derecho indio
o de la práctica
procesal.
Abrió, su
buffete con la ayuda de
su hermano Laxmidas,
pensaba en un exitoso
vakîls (abogado) de
renombre. Pero no tuvo
éxito en su cometido,
cerrando su oficina.
Pero la necesidad le
era apremiante debía
buscar alimento para su
esposa e hijo. Un día el
destino le concedería
una oportunidad, la
firma Dada Abdulla y
Cía, le ofreció la
propuesta de viajar a
Africa del sur, ya que
necesitaban un empleado
que supiera inglés
perfectamente.
Aceptó la propuesta, a
sus 24 años sin porvenir
aparente.
En Africa
del sur, se había
establecido una colonia
India de cerca de 10.000
hombres, en virtud del
llamado de los
residentes ingleses de
Natal, como mano de obra
barata, para el cultivo
de caña de azucar, té y
legumbres. Una contrato
de inmigración, cuyas
cláusulas habían sido
fijados por la India y
la colonia Natal, los
ligaba por cinco años y
en condiciones
miserables, prestar
servicios con el mismo
patrón.
Aquel lugar
estaba colmado de
racismo, haciendo
estragos por doquier;
eran considerados como
"La plaga negra", y
otros como "la basura
asiática". Los códigos
los designaban como
personas pertenecientes
a las pueblos salvajes,
y las constituciones
afirmaban que no serían
admitida ningula
igualdad civil, frente a
hombres de color.
Por todas partes se
aplicaba una segregación
brutal: los indios,
cualesquiera fuesen sus
méritos o la situación
adquirida, no eran más
que "collies"(criados,
mozos de cuerda), un
collie no es un hombre.
No podían andar por la
noche, si no era con un
salvoconducto.
A Gandhi, se le
previno lo dicho, pero
no lo creía, pensaba que
tenia una profesión, y
que era un ciudadano
británico; pero nada más
al llegar aprendió que
solo era un "abogado
collie". Se encontró
rechazado por todos,
"descubrió que por ser
indio, no tenía ninguno
de los derechos
humanos". Con semejante
golpe, Gandhi, se puso
firme, y estaba
dispuesto a luchar
contra el miedo. En
Pretoria realizó su
trabajo, y al mismo
tiempo se cultivo del
derecho procesal de su
pais. Cambiando sus
perspectiva, no soñaba
más que en volver a la
India. No veía ningún
futuro en Africa del
Sur, en donde vivir le
resultaba intolerable.
"Pero el hombre propone
y Dios dispone", porque
al leer un periódico
local dias antes de su
regreso, leyó la
noticia, de la creación
de un proyecto para
suprimir el derecho que
tenían ciertos indios de
elegir representantes en
la Asamblea legislativa
de Natal. A tal motivo
envió información de
guardia a los de su
terrunio, pero ellos les
pidieron que él se haga
cargo, ya que ellos eran
iletrados para esos
asuntos, y tan solo
miraban, el periódico
para saber las
cotizaciones de la
Bolsa..
Gandhi haciendo gala
de una perspicacia, se
situó inmediatamente
sobre el sólido terreno
de los derechos y
deberes que conferían a
los partidos la
ciudadanía británica de
los indios. Mediante una
petición dirigida a Lord
Ripon, secretario de
Estado para las
colonias, para la cual,
como demostración de su
ascendiente, recogió en
pocos días, diez mil
firmas, obtuvo la
suspensión del proyecto.
Pero el gobierno de
Natal por otros medios,
buscaba sus fines. Los
cuales también fueron
truncados por la
intervención de Gandhi,
ya que él aseguró y
concretizó: Asambleas,
conferencias, debates,
cursos nocturnos,
creación de Asociación
de Indios del Cabo y de
Transvaal, Congreso
Indio de Natal,
Asociación cultural de
indios originarios de la
colonia, etc... Por otra
parte, como preludio a
sun intensa producción
como periodista, Gandhi
alertaba a la opinión
pública, desde el Africa
del Sur hasta Inglaterra
y la India, mediante la
"Llamada a todos los
ingleses" y el "derecho
al voto de los indios",
dos folletos repletos de
hechos, cifras y
argumentos
escrupulasamente
expuestos.
En unos
pocos meses bajo el peso
de la responsabilidad,
el futuro jefe de la
India es revelaba como
maestro de sus
excepcionales dones:
jurista tan sutil en el
manejo de las leyes como
consciente de la
importancia de los
hechos, orador de
palabra clara,
convincente(se acabó la
timidez balbuciente de
otros tiempos!), habil
en el manejo de los
hombres, trabajador
infatigable, eficaz en
el presente al tiempo
que preparaba el
porvenir con un coraje
que ninguna vejación
dismuía. Desde un
principio se atrajo el
respeto. Sus mismos
adversarios, los diarios
locales, le rindieron
homenaje alabando su
moderación,
imparcialidad y entrega
desinteresada.
¡Qué lejos estaban sus
primeros días en Africa
del Sur!. El pequeño
empleado de Abdulla se
convirtió en un político
influyente y en un
abogado
extraordinariamente
capaz, a que las firmas
importantes musulmanas
le retribuyen
ampliamente sus
servicios. En Durban ya
ganaba la considerble
suma de 2.000 libras al
año; en Johannesburg sus
ganacias alcanzaron al
más del triple. Siendo
para el un resultado no
esperado, pero por
supuesto bien recibido.
Es aquí cuando nace
en su interior la idea
de abocarse íntegramente
a la vida espiritual, ya
que él seguía
percibiendo el racismo,
la violencia, etc., por
todas partes. Es así
que, se cultiva de
numerosos escritores
como Blavatsky,
Upanishad, Brahmana,
Bhagavad Gîtâ, Tolstoi,
Carlyle, las vida de
Mahoma, Sócrates, el
Coran, los Proverbios de
Zaratustra. Consumandose
más trade en un teósofo
eminente. Deseando
convertirse en un
político esforzado en
hacerse santo.
De aquí en adelante
será el artífice de la
independencia de la
India que se propuso
conseguir pacificamente
de Gran Bretaña, gracias
a su formula "la
no-violencia"; sería
arrestado y perseguido;
será artífice del boicot
a los productos
importados de Gran
Bretaña, huelga de
hambre, etc. Enemigo de
la división de castas;
tuvo muchos atentados
contra su integridad
física, hasta que fue
asesinado por un
fanático, en Nueva
Delhi, el 30 de enero de
1948.
C.- America, nuestro
Continente.
Para hablar de los
oradores de América,
empezaremos por North
América, pasando por
centro américa y dando
por broche de oro Sud
América, otorgando por
exponente a un
representante nuestro.
Al hablar de E.E.U.U.,
no existe duda de
nombrar a su gran
exponente de todos los
tiempos, de la historia
norteamericana. Para
mejor comprensión nos
situaremos en los años
1809, en el estado de
Kentucky ( en una
población cerca a
Hodgenville),
correspondiente al año y
lugar de nacimiento de
este célebre personaje.
Los primeros años de
su niñez, estuvo inmerso
en la vida del campo, ya
que provenía de una
familia que poseía como
fuente de ingreso: la
labranza.
Este
factor, fue fundamental
en su preparación tanto
física, psiquica como
moral. Se cultivó de
muchos dones, los cuales
dió florecimiento,
gracias a su gran apego
a la lectura de libros.
Alrededor de los
doce años de edad,
expuso su primer
discurso, en una pequeña
parcela, la cual atrajo
a los tranceuntes, a
quienes cautivó con sus
palabras colmadas de
veracidad y énfasis.
Causando gran impacto en
los escuchas, ya que en
forma involuntaria
dieron a relucir su
aprecio y, comprensión
al discurso,
proporcionando aplausos,
que en esos momentos era
todavía exteriorización
de sentimientos sinceros
de un auditorio que
encontró el
entendimientos de sus
cotianas actividades,
pero más que esto, fué
el recibimiento a un
nuevo estandarte de
Norteamérica, que
encontrará su
realización años más
tardes.
Valga en esta
oportunidad, hacer la
aclaración, de que el
contenido del discurso
expuesto por el
personaje en estudio,
era una repetición de un
texto que había leido en
sus momentos de osceo,
en donde se comentaba la
ubicación fundamental
del campesino en la
sociedad; llegando a
agradar en demasía a
dicho lector, quién no
dudo en hacerlo público,
representandolo con
palabras entendibles
para su corta edad, con
la cual no existió
oyente alguno que no
entendiera.
Con el transcurrir
del tiempo, fue
creciendo en estatura y
conocimiento. Acabados
sus años de estudios
básicos en su terrunio,
se decidió ingresar en
la profesión de la
abogacía. Aquella
profesión que le
otorgaría grandes
satisfacciones, llegando
a comprender la
situación de los
Estados, tanto
negociales como
políticas.
Dolido por el
maltrato, que recibían
los esclavos negros,
quienes eran
considerados en una
escala de valores
reducidísima, inclusive
llegando a la absurdéz
de confundirlos con
animales.
Tremendo fue el
impacto recibido, más
aún cuando se dió cuenta
que también los
campesinos, fueron
reducidos a simples
productores de la
canasta familiar, sin
ninguna intervención en
los asuntos del Estado,
ya que pocos eran los
privilegiados en poder
culminar sus estudios
profesionales debido al
desinteres de
culturacuión al
campesino, y más aún que
los textos de estudios
en las escuelas rurales
no eran los apropiados
en su totalidad. Por
esto es que se propuso
fiacentemente destruir
con esas vanas
convicciones, que lo
único que causaban eran
la desunión interna de
cada Estrado.
Hasta aquí hemos
comentado sobre las
raices del célebre
personaje de los Estados
Unidos.
Es momento de
dar su completa
identidad, con motivo,
que desde el momento de
su egreso como Abogado
en 1837, empieza su
nombre a quedar gravado
en el recuerdo, como
aquél quien marcó una
época en la historia
universal, llegando a
ser conocidos incluisve
fuera de sus latitiues
hasta hoy en día, como
en esta oportunidad, lo
hacemos nosotros.
Es así, que Abraham
Lincoln, posterior a su
egreso profesional,
comienza a dar
cumplimiento a su
promesa realizada en su
fuero interno. Comienza
a defender las causas
antiesclavistas.
Ganando, el
reconocimiento por parte
de los Estados Unidos,
por su preparación tanto
jurídica como formativa
de su ser.
En el año
1856, es adhiere al
Partido Republicano.
Constituyendo su
elección la detonante de
la guerra de Secesión,
culminado durante el año
1863, con la abolición
total de la esclavitud.
Abraham Lincoln, fue
conocido por todos los
de su época, como un
individuo sincero,
sencillo, correcto y
dotado de claridad en su
expresión.
Todos se preguntaban
cual era la formula
magica, con la cual
Lincoln convertía o
producía un pequeño
discurso en acción.
Ciertamente, el poseía
el don de la persuasión,
es decir obtener acción
por parte de su
auditorio, así como lo
consiguió, en los años
de su juventud en aquel
primer auditorio ameno
constituídos por
labradores.
Aquella anecdota,
era recordado por
siempre por Lincoln. En
algunos discursos él
comentaba a su auditorio
sus propias
experiencias, junto con
otras ajenas, nombrando
primero al sujeto que
recordaba en ese
momento, para luego dar
inicio al comentario del
mismo. De esta manera él
informaba, convencía e
impresionaba, todo ello
como consecuencia a las
reales verdades y
sinceras palabras que
emergían de su interior,
ya que él vivía el
momento de su discurso
como si fuese un pobre,
esclavo, negro,
campesino, o industrial,
dependiendo las
circunstancias en que se
encontraba.
Así nos
lo demuestra, en su
declaración: "Mi modo de
comenzar un alegato y
conseguir el triunfo,
consiste, decía Lincoln,
primeramente, en hallar
un punto de
coincidencia".
Esto lo realizaba
siempre, inclusive
cuando hiva a abordar el
candente problema de la
esclavitud.
"El
Espejo", nombre del
periódico neutral,
realizó una crónica a
una de las charlas de
Lincoln: "sus oponentes
no podían estar en
desacuerdo con ninguna
de sus palabras. Desde
allí comenzó a
conducirlos, poco a
poco, apartándose hasta
dar la impresión de que
habría logrado
convertirlos a todos en
sus partidarios". De
esta manera Lincoln, al
comenzar su discurso, no
mencionaba o trazaba los
desacuerdos de las
partes, sino que buscaba
la unidad entre ellas al
fin que se deseaba
alcanzar. Si sus
discursos fueran a
atacar y destruir, no
tendría sentido el
consenso al que deseaba
llegar.
Lincoln, ante
los jurados, trataba de
obtener desiciones
favorables. En sus
discursos políticos,
trataba de obtener
votos. Su propósito por
consiguiente se dirigía
a obtener acción.
Antes de proseguir,
se debe tener encuenta
que la existencia de
Lincoln, como de
cualquier otro, no fue
un compendio de éxito
por doquier.
Lincoln,
tuvo que saborear el
fracaso, para conocerse
más a sí mismo, porque
gracias a ella, comenzó
a comprender sus
cualidades y el enfoque
a la que debería
dirigirlas.
Como ejemplo, de caidas,
recordemos uno de sus
errores:
"Dos años antes de ser
elegido presidente,
Lincoln preparó una
conferencia sobre
invenciones. Su
propósito era entretener
. A menos, ese había
sido su objetivo, pero
no tuvo mucho éxito en
este sentido. En
realidad su carrera como
conferenciante
entretenedor popular fue
un fracaso".
Pero en
contrapartida, tuvo un
éxito extraordinario en
sus otras disertaciones;
algunos de ellos han
llegado a ser ejemplo
clásico de exclusividad.
¿Por qué? En gran parte,
porque en dichos
ejemplos conocía
perfectamente su
objetivo, y sabía cómo
llevarlo a cabo.
Muchos oradores no
logran coordinar sus
propósitos con el de las
personas que concurren a
escucharlos. Se
equivocan y se afligen
profundamente.
Al
comprender esto Lincoln,
se abocó más a los
asuntos de dominio
propio, a los cuales
tenía pasión y sentía
convencimiento por ellos
ya que constituían el
futuro de su Nación.
Otras de las cualidades
que poseía, era su uso
frecuente de terminos
familiares y concisos
que creaban imágenes.
Como ejemplo recordemos
a Hebert Spencer, en su
famoso ensayo Filosofía
del estilo, en donde nos
exhorta al uso de
imágenes de la siguiente
manera:
"Deberíamos
siempre evita (dice
Spencer) una frase como
esta:
En la misma
medida en que los usos y
las costumbres y
diversiones de un pueblo
sean crueles y brabaros
serán severas las
reglamentaciones de su
código penal"
Y en su lugar,
deberíamos escribir:
"En la misma medida en
que los hombres gozan
con la batalla, en las
corridas de toros y los
combates de gladiadores,
castigarán los crimines
con la horca, la hoguera
y el tormento.
Todas
estas frases de mayor
brillo, actualidad y
comprensión son
necesarias para que el
auditorio no se torne
aburrido y se retire a
razón del uso excesivo
de tecnicismos, que no
hacen sino otra cosa que
confundir y divagar en
asuntos fuera de lugar
muchas veces.
Lincoln, utilizaba
continuamente
terminología visual.
Cuando se aburria de ver
llegar extensos y
complicados expedientes
a su despacho de la casa
blanca, los rechazaba,
no con una descolorída
fraseología, sino con
una pintoresca expresión
que es imposible olvidar
para un norteamericano
lector: CUANDO envió a
alguien a comprar
caballo, no quiero que
me diga cuántas crines
tiene su cola; solo me
interesan sus
caracteríticas
escenciales".
Definía y especificaba
sus observaciones.
Lincoln dibujaba cuadros
mentales que se
distinguían con tanta
claridad y presición,
que sus discursos, eran
comprensibles tanto para
un letrado famoso como
para un campesino que lo
alcanzaba a escuchar.
Concluiremos diciendo,
que Lincoln, tuvo el
reconocimiento de sus
tiempos y de hoy en día,
gracias a que supo
dominar los detalles,
con los cuales fue
amoldando sus ideas a su
gran finalidad
colectiva, que nació en
él, en virtud de las
experiencias vividas,
que fueron cimiento para
su inquebrantable ayuda
humanitaria.
D.- Sudamérica.
Hablaremos ahora de Sud
América, en especial de
nuestro pais, Bolivia.
Bolivia, tuvo exponentes
de gran trascendencia,
dentro de la oratoria
militar, como el caso
del Gral José Ballivián,
quién es más conocido,
por sus monumentales
frases, Tomas Frías y su
honestidad reflejadas en
sus discertaciones y
vida misma, y otros..
En esta ocación debemos
hablar de un célebre
oradore boliviano, a tal
motivo, sabiendo
conforme al historiador
Mariano Baptista
Gumucio, que la historia
contemporanea de
Bolivia, arranca de 1930
hasta nuestros días,
sería preciso hablar de
esa época. Pero nosotros
abocandonos a la
historia universal en
donde la edad
contemporanea abarca
desde fines de siglo
XVIII hasta nuestro
días, es que nombraremos
a un personajes que data
de fines de 1800 e
inicios de 1900, más aún
debido a su renombrada
capacidad de oratoria,
que dicho personaje
poseía, siendo ella
reconocida por todos los
historiadores
bolivianos.
Por
tanto, estudiaremos a un
Presidente nuestro, que
talvés es poco recordado
en nuestra memoria, pero
a constituido unos de
los valuartes de la
oratoria política
boliviana.
Hablamos pues, de
don Mariano Baptista
Caserta, nacido en
Cochabamba, en la
hacienda Calchani,
provincia Ayopaya, el 16
de Julio de 1832.
Realizó sus estudios
universitarios en la
ciudad de Sucre, hasta
graduarse como abogado;
su talento y sus dones
como orador lo
distinguieron entre los
jovenes de su época.
Desde su juventud en las
filas del partido rojo,
hiva luchando contra el
despostísmo y
combatiendo por el
imperio de la legalidad,
sin tregua ni descanso.
Al margen de su
tendencia política a la
que pertenecía, nuestro
interés es su gran
fluidéz oral que poseía,
desde las actividades de
su profesión fue
renombrada su
personalidad.
Pero,
será reconocido en la
urbe pública mediante la
política, en donde nos
enseña sus dones en los
hechos realizados.
Recordemos aquel
congreso de 1883, en
donde constituyó aquel
evento en un campo en
que se libraron los más
rudos combates acerca de
la definición de la
política exterior de
Bolivia.
Mariano Baptista aún
no siendo Presidente en
esa oportunidad, realizó
un informe en donde
demostraba su
conservadorismo, a tal
motivo llegó a reputarse
de traición a la patria
el arreglo alcanzado con
Chile. Dicho informe dió
lugar a un debate que se
ha hecho célebre.
Ante un público excitado
y enardecido, en el que
abundaban elementos
peruanos, Baptista
defendió, con los
recursos de su brillante
dialéctica, la necesidad
de hablar claro y de
llamar la atención del
país sobre sus
verdaderas
conveniencias. El examen
de la cuestión, enn la
forma empleada por el
gran orador, ante un
pueblo hostil a su
persona y a sus ideas,
analizó los orígenes de
la guerra del Pacífico y
buscó en los
razonamientos realistas
la causa de los
descalabros sufridos por
la alianza. Demostró
cómo Perú y Bolivia,
naciones nacidas sobre
las ruinas de la
civilización incaica, de
índole dulce y pacífica,
habían tenido que luchar
con los descendientes de
los rudos y aguerridos
araucanos; probó que la
formación social de los
dos países que, desde el
periodo colonial, sólo
se habrían preocupado de
la explotación de la
riqueza minera, sin
esforzarse por crear
fuentes permanentes de
bienestar, nos les
permitía enfrenatrse con
un pueblo que poseía un
espíritu retemplado en
la lucha diaria contra
factores generalmente
adversos a su economía;
censuró la imprevisión
de los hombres de estado
que no supieron darse
cuenta de que la
tendencia expansiva de
Chile obedecía a una ley
natural y que era
necesario buscar la
manera de encauzar sus
efectos, sin desmedro
para la vida y seguridad
de los vecinos; condenó
la mala administración
de los territorios
ambicionados por Chile,
que no permitió
asimilarlos a la vida
nacional; criticó la
falta de orden y de
dirección inteligente en
la marcha del país, que
no dió lugar a que el
tratado de 1874,
elaborado con la
intención de orillar las
dificultades y de
sortear con prudencia
los peligros, diera los
frutos que se buscaron
con él. Este era, según
el abanderado del
partido pacifista, el
"criterio sintético de
la situación histórica",
que exigía a Bolivia
limitarse a la política
defensiva.
La exposición del
tribuno fue más que
pieza parlamentaria,
demostración de orden
didáctico. Tuvo la
suerte de conmover y de
convencer, a pesar de la
prevención que se le
escuchaba y de las
pasionas exaltadas de
combatía. Y si bién
Baptista estaba señalado
como presunto candidato
a la presidencia de la
República, su triunfo
fue tan completo que los
propios adversarios no
pudieron menos que
admitir sus
conclusiones. La magia
de su palabra había
calmado la excitación
popular.
Mariano Baptista
Caserta, fue ganando
prestigio, tanto por sus
altas funciones a las
que representaba, como
ser diplomático que
realizó misiones en la
República de Argentina,
Paraguay, como Ministro
de Relaciones Exteriores
en el Gobierno de Arce,
realizó consideradas
representación.
Su
fama de gran orador
contribuía grandemente a
consolidar su prestigio,
en un pais donde las
galas verbales lo pueden
todo en la política.
No tardo mucho tiempo en
colocarle por parte de
sus conversos y
opositores el
sobrenombre de "el
mago", tanto por el
poder seductor de sus
palabras cuanto por su
habilidad en el manejo
de las artes políticas.
A tal motivo no era
facil medirse en las
elecciones con Baptista.
La violencia desatada
por Arce contra los
parlamentarios del
Partido Liberal, en las
postrimerías se su
gobierno, permitió que
el Congreso reunido en
oruro, el 5 de agosto de
1892, eligiera a don
Mariano Baptista como
presidente
constitucional de la
República.
El 10 de
agosto de 1892 se
produjo la transmisión
de mando, una vez que el
Congreso verificó los
votos presidenciales.
Aniceto Arce entregó las
insignias de la alta
investidura a don
Mariano Baptista,
mostrando así que por
convenir sus intereses y
a los del Partido
Conservador imponía al
país este gobernante.
Vendría ha ser
correspondientemente,
uno de los cuatro
gobiernos conservadores
de lña época,
denominados esos años
"la edad de la plata",
por ser los presidentes
potentados mineros, a
excepción de Mariano
Baptista, quien no
guardaba relación con
ellos. Por tener campos
de acción totalmente
distintos a los otros.
Baptista era abogado, y
tanto Gregorio Pacheco
como Aniceto Arce, eran
mineros y don Severo
Fernández Alonso pese a
no ser minero (abogado)
sería impulsado por
ellos.
Es momento de
dejar el relato de
Mariano Baptista, ya que
desde el momento de su
investidura
presidencial, mantiene
su dotes de orador, pero
ellos aparentemente no
encajan en la práctica
del manejo de un Estado.
Hay quienes afirman:
Todos los historiadores
coinciden en señalar que
el periódo de gobierno
de Baptista no hizo
ningún aporte positivo
en beneficio del país.
Al orador de la palabra
convincente le faltó
sentido práctico para
encarar los diversos
problemas.
Pero,
antes de dar una crítica
debemos remotarnos a los
tiempos de conmoción en
que Bolivia vivía en la
post-guerra del
Pacífico, ya que en esos
momentos el país buscaba
las riendas de la
historia para poder
equilibrar tanto su
economía como sus
problemas limítrofes que
se agravaban más con el
tiempo.
Mariano
Baptista, tuvo que
luchar contra las
adversidades, si bien no
realizó actos de
cauntiósa reelevancia
externa, exceptuando los
acuerdos conseguidos que
en algo benefició a
Bolivia. No es de
desmerecer los pequeños
cimientos a los que se
centró en edificar, como
ser el impulso en el
campo de la educación,
las artes y el
conomiento, factores
vitales de una República
y más aún si sabemos que
para alcanzar la armonía
deseada de un país es
absurdo pensar en
conseguirlo en cuatro
años de presidencia.
Y la historia así lo
demuestra, porque la
enfermedad de Bolivia
aún no estaba curada y
las combulsiones no
tradarían en llegar,
llegando a
exteriorizarse lo que se
temía, la funesta Guerra
con Paraguay, hecho que
contribuyó en la
limpieza de los ojos
oscurecidos de Bolivia.
A pensar más en su gente
y buscar medidas de
formación a todo nivel,
que hoy en día no se ha
concretizado
enteramente, sin
desmerecer algunos pasos
realizados que ayudan a
la mejor visualización
de hoy.