Noticia Ampliada
- 15/07/2025
- Ortorexia: cuando comer sano se convierte en una obsesión
Dra. Mabel Bello, Presidenta de ALUBA, Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia, www.aluba.org.ar
La ortorexia es la obsesión por comer saludable, es un trastorno alimentario, como la bulimia y la anorexia que constituyen patologías en el orden alimenticio.Esta patología puede interferir negativamente en la vida de la persona que la padece. Generalmente, quienes sufren este desorden prefieren pasar hambre (incluso por largos periodos de tiempo), a comer alimentos que (a su parecer) son impuros, es decir, alimentos con altos contenidos de aditivos, grasas, etc., pudiendo dejar de ir a restaurantes, comida rápida o fast food, e incluso a casa de familiares y amigos por el simple temor de los alimentos que puedan llegar a ingerir.
Las personas con ortorexia, se imponen fuertes restricciones de alimentos, lo cual repercute directamente en su salud, produciéndoles hipotensión y carencias de vitaminas y calcio (osteoporosis).
La tendencia a consumir alimentos saludables se transforma en un problema cuando la regla está por encima del objetivo. Cuando tiene que ser el aceite de tal marca, envasado de tal manera, o la semilla tal, si no, la persona no puede comer estamos frente a este desorden alimentario. Entonces, el objetivo de comer sano ya no es comer sano sino cumplir con la regla que me impide comer de otra forma.
¿Quiénes la padecen?
Este trastorno se da en individuos adultos porque se supone que una persona que sufre ortorexia, probablemente tenga un trastorno obsesivo compulsivo, y además es un adulto que maneja dinero. Si no tuviera manejo del dinero, ¿cómo podría conseguir exactamente lo que quiere? Quien la padece tiene una capacidad y libertad mayor que la de un adolescente que depende de la comida que se prepara en la casa la casa.
En este tipo de patologías, siempre existe un patrón social de mala comunicación: quien se comunica mal con la comida, también se comunica mal socialmente. Es decir que es una persona a la que le cuesta vincularse socialmente y que antepone las reglas a los objetivos, porque de esa manera siente que controla una situación, a pesar de que tiene mucho miedo, y que no se puede desempeñar con fluidez. Entonces, esta patología alimentaria se transforma en una manera de esconder dificultades sociales y de adaptación. Estas personas piensan más de lo que sienten, y son esclavas de sus propias organizaciones. Crean una organización y se esclavizan porque es su manera de sentir que tienen control sobre algo. Después está el miedo a enfermar y el miedo a socializar, que son paralelos.
La ortorexia es más sofisticada, se da en personas mayores que trabajan y que estudian, que tienen una funcionalidad, pero el patrón es exactamente igual. Son poco sociables, obsesivos y con exigencias en la alimentación.
Síntomas
Quienes padecen ortorexia no buscan ayuda. Los que se dan cuenta son los familiares o los amigos, que lo ven llevar su alimento en un envase especial, y tiene que ser ese porque si no lo tiene entra en crisis o prefiere no comer. Entonces es el entorno quien suele percatarse de la situación.
Los que sufren este trastorno rara vez piden ayuda porque sienten que el ritual los protege, justamente no buscan ayuda sino que refuerzan el ritual.
Algunos síntomas que permiten diagnosticar a un individuo como ortoréxico:
- Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana.
- Preocuparse más por la calidad de los alimentos que del placer de consumirlos.
- Disminución de su calidad de vida conforme aumenta la pseudo calidad de su alimentación.
- Sentimiento de culpa cuando no cumple con sus convicciones dietéticas.
- Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente.
- Aislamiento social provocado por su tipo de alimentación.
La respuesta afirmativa a estas y otras cuestiones similares permitirían diagnosticar la ortorexia nerviosa y sus grados.
El tratamiento para quienes padecen de ortorexia debe ser integral. En todos los trastornos alimentarios es importante actuar en el entorno porque es el que percibe y tiene conciencia de la patología, situación que no sucede con el paciente.
Muchas veces es mejor tratarlos en grupo porque son incapaces de ver su propia enfermedad pero enseguida entienden la enfermedad del otro. A través de la patología del otro, terminan reconociendo su propia identidad y patología. Es altamente positivo trabajar con grupos. Historial de noticias