Noticia Ampliada
- 20/07/2025
- Compromiso con el arte y las causas solidarias
Cuando una empresa se posiciona como nexo entre los artistas, las causas solidarias y el público, la imagen social y cultural que proyecta es altamente positiva y transforma la relación con sus propios clientes.
Fontenla (www.fontenla-furniture.com) mantiene un rico diálogo con el arte y con los creadores. Varias puestas en común de la labor de artistas de diferentes disciplinas y formaciones sobre piezas elaboradas por la firma lo atestiguan.El resultado son una serie de muebles transformados en piezas de arte o de colección a los que Fontenla les suma también una proyección social. La mayoría de estas piezas fueron subastadas a beneficio de diferentes instituciones.
Cuando inauguró su imponente mall de exhibición en la avenida General Paz, frente al autódromo de Buenos Aires, los dueños de la firma pensaron que era una buena oportunidad para sorprender a sus clientes y a todo el público que habitualmente se interesa por la decoración. No era cuestión de exhibir solamente muebles de alta gama, sino de darles un valor agregado. Se buscó brindar un marco especial al lanzamiento y se convocó a prestigiosos interioristas para que ambientaran diferentes espacios. Termino siendo una mini Casa FOA, que tuvo una gran repercusión y nos dejó muy satisfechos, dice Fernando Fontenla, vicepresidente de esta empresa familiar especializada en la fabricación de mobiliario de alta gama. A partir de ese acontecimiento, en 2008, decidimos encarar otras acciones que permitieran acercar el arte al público que visita el mall. Hay un público que tiene el poder adquisitivo pero no tiene la frecuentación de los circuitos de arte y nos pareció que nosotros podíamos convertirnos en nexo entre ese público y los artistas, agrega. Se generaron, entonces, las muestras que periódicamente se realizan en el mall.
Pero, yendo de menor a mayor, luego se hizo el evento de la silla. Un grupo de artistas decoraron sillas que fueron a subasta a beneficio del hospital Ricardo Gutiérrez. En esa ocasión Fontenla fabricó sillas con patas planas y un treinta por ciento más grandes que los tamaños habituales, para que los artistas pudieran trabajar libremente.
Ana Robirosa, Clorindo Testa, Juan Fontana, Marta Minujín, María Teresa Bobbio, Ricardo Roux, Gustavo López Armentía, Roberto Del Giudice y Marcela Pittner, entre otros, son algunos de los artistas que participaron de esa experiencia.
Fue parte de una acción de RSE Responsabilidad Social Empresaria- que tuvo una continuación en el evento a beneficio de la Fundación Flexer, que hicimos el año pasado, continúa Fernando Fontenla.
La subasta a beneficio de la fundación Flexer, de ayuda a los niños con cáncer, tuvo características diferentes porque se hizo una convocatoria a figuras de gran popularidad, por fuera de las artes plásticas, como Catherine Fulop, Martiniano Molina, Enrique Pinti o Verónica Varano.
En este caso, las figuras elegían el mueble que más les gustara, podía ser una mesa, un sillón, lo que quisieran. Hacían un diseño previo y transmitían a nuestros artesanos lo que deseaban hacer. Fue una gran experiencia colaborativa muy enriquecedora para todos los que participamos, inclusive en uno de los muebles intervinieron los chicos de la Fundación, cuenta Fernando Fontenla.
Una experiencia muy valorada
María Teresa Bobbio es una de las artistas plásticas que participó del evento de la silla y recuerda esa experiencia con enorme placer. El mayor desafío para mí, fue trabajar sobre una tela sin bastidor; fuera de eso, el proceso fue igual que al de cualquier otra obra. Empiezo trabajando un fondo de color y después voy hacia donde mi imaginación me lleve. Nunca trabajo con bocetos, y en esa oportunidad tampoco lo hice, dejé que las imágenes fluyan.
Cuando me trajeron la silla al estudio me pareció inmensa, pero salvando la dificultad del bastidor, que es lo que ayuda a ir sosteniendo la pintura y te permite trabajar con más comodidad, no dudé en que podría hacerlo. Desde el principio me surgió el color azul como base y sobre eso fui pintando algunos personajes y terminé armando una escena de tango muy particular, porque las figuras recuerdan a las de Fernando Botero, un pintor que admiro y al que quise homenajear, recuerda María Teresa Bobbio, quien le dedicó dos meses de trabajo a tiempo completo a su silla. Para ella, fue una enorme satisfacción sentir que su trabajo había servido para una causa solidaria tan significativa y sobre todo porque su obra fue una de las que mejor precio alcanzó en la subasta. Es una doble satisfacción, porque quiere decir que lo que hice gustó, que despertó interés entre los compradores además de ayudar a un hospital de niños, como es el Gutiérrez, destaca.
Juan Fontana, arquitecto y artista plástico, fue otro de los artistas convocados por Fontenla para el trabajo de las sillas y también recuerda la experiencia como muy positiva. Tanto por la difusión, como por la repercusión entre el público y por la calidad de los artistas que intervinieron.
Aunque le interesa más participar en el diseño del mueble porque implica una intervención más profunda, reconoce que le resultó muy estimulante el desafío de trabajar sobre un mueble ya construido, como el caso de las sillas que distribuyó Fontenla
Sobre el proceso de creación, Juan Fontana explica: Primero lo imagino, comienzo a construir un pensamiento, lo voy diseñando y luego el seguimiento de su materialidad, desde el primer momento uno lo va construyendo en la mente, en los dibujos, luego en el taller y posteriormente en el caso de intervenir en el diseño específicamente- en el proceso industrial.
En cuanto a la articulación entre la visión del artista y el trabajo concreto del fabricante, Fontana no siente que haya una contradicción. Mi formación y trabajo de arquitecto, sumados a mi actividad paralela de artista plástico, me permiten complementar estas dos caras, entender la posición desde estos dos oficios diferentes y me generan una estimulante manera de producir el diseño, explica, definiéndose como una especie de Dr. Jekill y Mr. Hyde, en alusión al personaje de la famosa obra de Robert Stevenson en la que un individuo es capaz de desdoblarse en dos personalidades totalmente distintas.
También María Teresa Bobbio reflexiona a propósito de cómo se integran las dos visiones, del artista y del fabricante: No hubo ninguna dificultad, Fontenla allanó cualquier inconveniente que pudiera haberse presentado desde el punto de vista de la producción y tampoco opinó ni dio indicaciones de ningún tipo sobre lo que hacíamos los artistas. Cada uno trabajó con absoluta libertad de acuerdo a sus criterios.
Desafíos, nuevos vínculos y solidaridad
Según los artistas la experiencia representa primero, un desafío, segundo, la posibilidad de hacer más visible su trabajo, al llegar a públicos más extendidos y, finalmente, les permite crear nuevos vínculos tanto personales como profesionales.
A Fontenla estos eventos le aportan una gran proyección social y cultural. La experiencia es muy satisfactoria desde todo punto de vista y pensamos seguir en este camino. Sentimos que les aportamos tanto a los creadores como a las instituciones y al público, concluye Fernando Fontenla, convencido de que esta interacción entre público, artistas e instituciones amplía el mundo del arte y al mismo tiempo ayuda a que se conozca más la obra de las instituciones.
La consolidación de este tipo de acciones ha contribuido también a asociar el nombre de la firma tanto con acciones solidarias como con acontecimientos artísticos prestigiosos, trascendiendo su posición de fabricante de mobiliario. Historial de noticias