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Noticia Ampliada

  • 21/07/2025
  • Día mundial de los Derechos del consumidor. Ashoka invita a inspirarse en sus fellows Pablo Ordóñez y Bob Killmeate

Ashoka invita a inspirarse en sus fellows Pablo Ordóñez y Bob Killmeate para conmemorar el Día mundial de los Derechos del consumidor

Pablo y Bob trabajan en la creación de opciones de comercio justo.

Ashoka, organización líder que apoya a emprendedores sociales cuyas ideas sean creativas e innovadoras y que permiten resolver problemas sociales, generando cambios de largo alcance, cuenta con emprendedores sociales para Argentina que trabajan por la equidad en el intercambio de bienes de consumo.

Pablo Ordóñez, a través de AsEM (Asociación Emprender Mendoza), creó una Escuela de Emprendedores que permite a jóvenes en situación de riesgo social desarrollar con éxito iniciativas productivas sustentables. La recesión económica argentina afecta profundamente a la juventud. La falta de expectativas y estigma por su procedencia desanima a los jóvenes en cuanto al trabajo, sus estudios y acrecentando la cultura del no esfuerzo, muchas veces desembocando en adicciones y violencia. La educación recibida, no posee calidad ni herramientas necesarias para motivarlos. Las iniciativas del Estado no son apropiadas a las necesidades de estos jóvenes. Buscando una solución, Pablo desarrolló un innovador sistema de aprendizaje: una escuela de negocios formadora de jóvenes emprendedores de bajos ingresos que utiliza un enfoque sistemático y metódico que enseña a desarrollar emprendimientos productivos. Articulando con empresas, universidades, el gobierno y la comunidad los jóvenes adquieren conocimientos, valores y experiencias para convertirse en emprendedores productivos.
Este proceso de formación y puesta en marcha de emprendimientos respeta las propias pautas culturales, fortalece la capacidad emprendedora de los jóvenes y brinda acceso a herramientas que garantizan la perduración de sus proyectos. Así, logran superar la marginalidad de origen y se convierten en hacedores de su propio futuro.

200 personas en el proceso de formación de la Escuela de Emprendedores 35 emprendimientos productivos en desarrollo 60 organizaciones de la sociedad civil, centros educativos, organismos del estado, del sector empresarial, investigadores y financiadores involucrados $ 10.000 mensuales factura la comercializadora de productos de Economía Solidaria “El Arca”
200 familias consumen sus productos (Red de Consumidores responsables) modelo replicado en La Rioja

Roberto “Bob” creó el Mercado de la Estepa, un sistema que transforma a pequeños productores rurales en ciudadanos capaces de hacer valer sus derechos y hacerse cargo de sus propios procesos de cambio.
Utiliza la producción y la comercialización justa de productos de familias marginales como una excusa para que ellas no solamente mejoren sus ingresos, sino que reconozcan su propia capacidad para participar en la toma de decisiones, gestionar y acceder a mejores niveles de educación, salud y de otros servicios que provoquen un cambio sustancial y duradero a su calidad de vida.
A partir de su vasta experiencia de trabajo con pequeños productores, Bob se dio cuenta de que la mayor barrera que enfrentan para integrarse a un proceso de desarrollo genuino y mejorar su calidad de vida no es solamente la falta de la titularidad de las tierras, la producción a escala mínima o la comercialización fragmentada, entre otros. El problema es más profundo, y está vinculado a la falta de percepción que tienen los pequeños productores rurales marginales de sí mismos como ciudadanos capaces de ejercer sus derechos, de gestionar un mejor acceso a servicios, de participar en la toma de decisiones de las políticas que los afectan.
A su pobreza y aislamiento históricos se suma que, por un lado no conocen los mecanismos de participación que están a su alcance, y por otro, no se atreven a utilizarlos.
Es por eso que Bob diseñó el Mercado de la Estepa, un sistema que, utilizando como excusa la promoción de lo que los productores ya saben hacer –producción y comercialización-, tiene como objetivo último generar en ellos procesos de recuperación de la autoestima y revalorización de su cultura, y a la vez capacidades reales de participación, de toma de decisiones, de gestión y de hacerse cargo de su propio destino como grupo.
El Mercado de la Estepa es un centro comercial y cultural en donde las comunidades rurales comercializan sus productos de una manera atípica: cada una elige dos representantes quienes, por turnos, rotan para hacerse cargo de las ventas del local; con este sistema cada uno debe promocionar todos los productos por igual –no solo vende sus productos sino los de todos- en una lógica de colaboración y no de competencia. Ellos mismos son quienes elaboran el reglamento de uso y de funcionamiento del local, resuelven de manera organizada los conflictos que se presentan. Elevan la calidad de sus productos a partir del compartir con sus colegas, y no porque alguien “experto” les dice qué hacer. Los productores se fortalecen al comercializar como grupo y además este espacio les sirve también para vincular a los grupos distantes entre sí, acercando a quienes están geográficamente aislados.
Los procesos que se generan a través de este espacio de producción y comercialización convencen a estas personas de sus derechos y obligaciones ciudadanas y les dan la oportunidad de convertirse en actores fundamentales de la construcción de sus propias realidades. A largo plazo Bob piensa que la organización sustentable de las comunidades rurales y suburbanas les permitirá participar en los procesos regionales de toma de decisión que los afectan e influir en la formulación y seguimiento de las políticas públicas.
Hoy integran el Mercado 136 productores rurales de lana, miel, cuero, artesanías, dulce, piedras talladas, conservas y licores pertenecientes a 9 comunidades que están en un radio de 400 km.
Participan las comunidades de Corralito-Panquehuau; Pichileufu arriba y abajo; Pilcaniyeu; Comallo-Anecon; Ñirihuau; Dina Huapi; Río Chico arriba y abajo; Valcheta; Jacobacci; Viedma; San Antonio Oeste y Las Grutas (todas ellas de la provincia de Río Negro). Dina Huapi es una comunidad semi-rural, a diferencia del resto que son todas rurales.

Ashoka (en sánscrito “ausencia de tristeza”) es la primera asociación mundial de Emprendedores Sociales líderes que destinan esas cualidades a la búsqueda de soluciones innovadoras a problemas sociales. Fundada en 1980 por Bill Drayton cuenta con 1.700 en 62 países diferentes.
Ashoka fue fundada sobre la premisa de que la forma más efectiva de promover un cambio social positivo es invirtiendo en emprendedores sociales con ideas y soluciones innovadoras que puedan ser replicadas nacional o internacionalmente. Está presente en Argentina desde 1995.

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