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Noticia Ampliada

  • 09/07/2025
  • Maquillaje para corregir imperfecciones

Por Poli Martínez, directora de Poli Make up Studio Store, www.polimakeup.com

El maquillaje no sólo nos permite dar un toque de elegancia o fantasía a nuestro look. También puede ser una herramienta para camuflar aquellas imperfecciones que tanto nos molestan.
Para embellecer, disimular y corregir los defectos, el make up es nuestro mejor aliado. El secreto está en usar los productos adecuados para cada problema concreto.

1. Disimular granos, manchas, ojeras y otros defectos Cada imperfección de tu piel tiene un color distinto, así que la mejor manera de cubrirlas es con un tono que neutralice eficazmente. Un corrector en color verde neutraliza el rojo de granitos, arañas vasculares o irritaciones. El rosa atenúa las zonas pálidas o cetrinas, aportando una nueva luminosidad. El color piel iguala el tono en general. Aplica cada corrector con pequeños toques debajo de tu base habitual de maquillaje y notarás la diferencia.
2. Piel perfecta sin defectos
Retomamos la teoría del color para corregir los defectos con maquillaje con la paleta de correctores. Los distintos tonos se pueden usar solos o combinados con tu maquillaje habitual. El beige claro es ideal para cubrir las ojeras de una forma natural; el beige medio se puede mezclar con el anterior para cubrir con distinta intensidad según el tono de tu piel. El rosa sirve de iluminador y para acabar con las marcas del cansancio. Por último, el tono limón disimula los granitos o venas, así como las ojeras si son azuladas.
3. Cutis luminoso
El estrés diario y la contaminación han borrado ese halo de luminosidad de tu rostro, dejándolo apagado y cetrino. Te recomendamos una base de maquillaje muy hidratante que deja la piel tersa y natural. Con sólo aplicarlo, la piel se percibe calmada y lisa, sin signos de cansancio. El tono queda unificado y tu cutis con un aspecto agradable y resplandeciente. Se usa muy fácilmente, aplicándolo con pequeños toques con la yema del dedo en la nariz, las mejillas, el mentón, las sienes y las cejas. Después, lo extendemos con una brocha trabajando del centro hacia fuera y la diferencia será notable.
4. Adiós a los brillos y a una piel apagada La piel grasa tiende a estar apagada y sin vida pero llena de brillos.
Para corregir los defectos con maquillaje debes encontrar una base del tono de tu piel que unifique pero que no engrase más; no es tarea fácil. Lo recomendable es una base de maquillaje en polvo que, a la vez que protege, ofrece una cobertura perfecta pero ligera. Se aplica con una brocha, eliminamos el exceso y lo extendemos en el rostro con movimientos circulares. En contacto con la piel, los polvos se funden y se vuelven cremosos pero dejando un efecto absolutamente natural.
5. Mirada 100% perfecta
De nada te sirve utilizar el mejor iluminador de ojos y el mejor corrector de ojeras si éste va a perder su consistencia a las pocas horas. Lo mismo sucede con el maquillaje para ojos, que termina agrietándose o diluyéndose. Para evitar que esto suceda conviene que utilices una prebase del mismo color que tu piel que se aplica en los 360º alrededor del ojo y ayuda a fijar todos los productos que apliques a continuación, además de aportar un toque de luminosidad.
Las sombras duran más, el corrector de ojeras no se va y tus ojos lucen perfectos hasta que te desmaquilles.
6. Un rostro sin papada
Para disimular la papada podemos utilizar un corrector oscuro, una base de maquillaje uno o dos tonos más oscura que la habitual o en su defecto polvos compactos.
Se traza con el cosmético elegido una línea ancha debajo del mentón, más gruesa en el centro esfumándola hacia los lados.
Siempre se debe tener en cuenta que hay que difuminar los bordes para que se confundan con el tono de base que se aplicó en el rostro, es cuestión de práctica hasta que se logre el efecto deseado.
7. Labios atractivos
Para los labios, debemos perfilar primero con un lápiz delineador del mismo tono que el labial, esto evita de alguna manera que luego se corra y luego completamos con el labial.
Si los dos labios no son iguales, y hay que reducir el tamaño grueso, aplicar sobre el mismo un tono ligeramente más oscuro y a la inversa y extender el color más claro sobre el más delgado. Ahora si los labios son demasiado gruesos, se verán más finos si perfilamos su contorno con un lápiz delineador del tono de nuestra piel y los pintamos un tono un poco más oscuro. Por otro lado, para conseguir labios más gruesos, hay que dibujarlos con un delineador del mismo tono de los labios, un milímetro fuera del contorno de la boca y luego rellenar la zona con un tono más claro que nuestro color natural. Recordar que la pintura siempre se aplica desde el centro hacia afuera de los labios sin llegar hasta las comisuras para que no queden sobrecargadas, y el color se expandirá solo.

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