1. Una Nueva Definición de la Comunicación en la Era Digital
1.1 Introducción
La comunicación, como campo de estudio, ha sido definida históricamente desde perspectivas que privilegian la transmisión, la persuasión o la construcción de significados, desde la retórica de Aristóteles hasta la semiótica de Eco, quien la concibe como un intercambio de signos mediado por códigos y contextos (Eco, 1976).
Sin embargo, la emergencia de tecnologías digitales y la inteligencia artificial ha transformado radicalmente las dinámicas comunicativas, desafiando supuestos tradicionales sobre el canal y el ruido.
En este contexto, propongo una nueva definición de la comunicación, que la concibe como un proceso semiótico, dinámico y evolutivo, donde el canal no es un mero conducto, sino un mediador activo que participa en la fusión semántica del sentido en interacción con el emisor y el receptor.
Mi propuesta responde a la necesidad de actualizar los marcos teóricos para abordar la interacción entre humanos, algoritmos y sistemas digitales.
Al redefinir el canal como un entorno digital activo y el ruido como un fenómeno multifacético que abarca interferencias físicas, técnicas y algorítmicas, mi definición ofrece un análisis que integra semiótica, teoría de sistemas y estudios críticos de medios.
Este artículo presenta mi marco teórico, evalúa su validez frente a las teorías clásicas y argumenta, desde una perspectiva técnica, por qué es crucial revisar nuestra comprensión de la comunicación.
1. 2 Marco teórico
El estudio de la comunicación ha evolucionado a través de paradigmas que reflejan las prioridades de cada época.
Aristóteles (siglo IV a.C.) definió la comunicación como "la búsqueda de todos los medios de persuasión disponibles" (Aristóteles, 2007), con un enfoque pragmático centrado en la efectividad del discurso (logos, pathos, ethos).
Claude Shannon y Warren Weaver (1948) propusieron un modelo matemático, describiendo la comunicación como "un proceso de selección y transmisión de señales a través de un canal para influir en el comportamiento del receptor" (Shannon y Weaver, 1949), priorizando la eficiencia técnica desde una epistemología positivista.
Harold Lasswell (1948) planteó la comunicación como "quién dice qué, en qué canal, a quién y con qué efecto" (Lasswell, 1948), con un enfoque analítico y funcionalista.
Stephen Robbins y Mary Coulter (2005) definieron la comunicación como "la transferencia y comprensión de significados" (Robbins y Coulter, 2005), enfatizando la interpretación compartida desde una perspectiva hermenéutica.
Umberto Eco (1976), desde la semiótica, concibe la comunicación como un proceso de intercambio de signos donde el emisor y el receptor negocian significados mediante códigos compartidos y contextos culturales, destacando el rol activo del canal en la producción del sentido.
Estas definiciones, aunque fundamentales, no abordan la complejidad de los entornos digitales. Mi propuesta redefine la comunicación y a diferencia de los modelos clásicos, subraya el rol activo del canal, que en la era digital ya no solo transporta mensajes, sino que filtra, jerarquiza e incluso genera contenido mediante algoritmos.
Mi enfoque constructivista ve el sentido como un proceso de fusión semántica, mediado por tecnologías que transforman la interacción comunicativa.
1. 3 Una Nueva Definición de la Comunicación.
La Comunicación es un proceso activo de intercambio de mensajes entre un emisor y uno o varios receptores, donde cada mensaje se decodifica en función del sistema de signos compartidos (el código) y del entorno en el que ocurre (el contexto), permitiendo la construcción de sentido. Este intercambio activa mecanismos de retroalimentación, esenciales para ajustar, validar o transformar el mensaje, configurando un proceso dinámico y evolutivo.
En este proceso, el canal —tradicionalmente concebido como un medio físico— adquiere también una dimensión semiótica: no solo transporta, sino que selecciona, jerarquiza y, a veces, interviene.
Los algoritmos operan como filtros semánticos dentro del canal, condicionando qué mensajes circulan, con qué prioridad, y hacia quiénes. En este nuevo escenario, el canal deja de ser neutro y se convierte en parte del sistema de construcción de sentido.
Comunicar es un proceso semiótico, dinámico y evolutivo; es el arte de habitar el espacio entre lo que somos y lo que compartimos. Lejos de ser una transmisión lineal, comunicar es ese cruce que configura vínculos, estructuras y experiencias compartidas.
No se reduce a la mera transmisión de mensajes: es el tejido mismo de la conciencia, el entramado que posibilita generar sentido, a partir del cual las sociedades se organizan y la cultura adquiere forma.
“La comunicación es la construcción de sentido entre actores, a través de códigos contextuales y canales que no solo transmiten, sino que también modelan el mensaje. La comunicación funda sentido, organiza la existencia y sostiene el tejido de la conciencia.
(Martini, Natalia. 2025).
Todo lo que somos, lo somos porque fue dicho, compartido y sentido con otros. La conciencia no se constituye en el vacío individual, sino en el entramado simbólico del lenguaje compartido. Es a través de la comunicación que los sujetos no sólo se expresan, sino que se reconocen como tales. En ese cruce, nace la conciencia.
La conciencia no existe sin haber sido comunicada.
Porque "ser", en este plano simbólico, no es un acto solitario.
Es un reflejo, una vibración compartida, un eco que vuelve con forma de "yo soy".
Cuando alguien dice "te veo", uno existe de una manera distinta.
Cuando alguien dice "esto es lo que valemos", aparece un marco común.
Cuando te enseñan que hay un “yo”, no solo aprendes a saber que existis: aprendés a ser, entonces la comunicación es el acto fundante que no solo permite el intercambio de mensajes, sino que sostiene el tejido simbólico a través del cual emerge la conciencia.
En esa red compartida de signos, valores y sentidos, los sujetos no solo transmiten: se reconocen, se constituyen y se saben parte de un nosotros. Sin comunicación, no hay marco desde el cual nombrarse. Y sin nombre… no hay conciencia que despierte.
2.1 Del canal neutro al canal condicionante
Una mutación silenciosa en el corazón de la comunicación
Durante siglos, el canal fue considerado un elemento pasivo y neutro: un medio técnico que simplemente transportaba un mensaje desde el emisor hacia el receptor. Ya fuera el aire, la tinta sobre papel, las ondas hertzianas o un cable de cobre, el canal no interfería en el contenido, no opinaba, no decidía.
Con la irrupción de la era digital y, más profundamente, con la incorporación de la inteligencia artificial, esa neutralidad se desmoronó. Hoy, los canales digitales ya no se limitan a transmitir: filtran, organizan, jerarquizan, personalizan y, en algunos casos, crean contenido. Esto ocurre a través de algoritmos, que operan dentro del canal como sistemas de decisión automática. De esta forma, el canal se transforma en un actor activo, que modula el mensaje, condiciona la visibilidad de ciertas informaciones y afecta la retroalimentación. Ya no podemos hablar de un canal meramente técnico: hoy es un espacio de codiseño del sentido. Y con ello, se vuelve parte del entramado semántico.
Esta evolución conceptual permite distinguir dos dimensiones del canal.
En un primer nivel, lo concebimos como canal semiótico: un medio que porta signos y construye sentido desde su estructura misma. Sin embargo, en el contexto actual, este canal semiótico asume un nuevo rol: se transforma en canal condicionante. No solo transporta el mensaje, sino que lo jerarquiza, lo filtra y lo direcciona. Es en esa transformación donde el canal deja de ser transparente y se vuelve actor del proceso comunicacional.
2. 2 El canal ya no es una autopista vacía.
Es una infraestructura inteligente que decide qué autos pueden circular, a qué velocidad y en qué dirección. Esta mutación exige nuevas definiciones. Porque si el canal participa activamente en la producción del sentido, entonces comunicar ya no es solo enviar y recibir: es navegar un entorno intervenido, que también responde, selecciona y prioriza. Hoy el canal ya no es un mero trayecto. Es parte activa del proceso comunicacional.
• Selección Algorítmica: El canal selecciona, prioriza o invisibiliza contenido. Plataformas como redes sociales, motores de búsqueda y asistentes inteligentes actúan como filtros que afectan qué mensajes llegan y cuáles quedan silenciados.
• Reconfiguración del mensaje: El canal puede transformar el contenido durante la transmisión. Un ejemplo: sistemas de compresión, formatos predefinidos, limitaciones de caracteres o traducciones automáticas.
• Emisión activa: Las interfaces de IA no solo retransmiten, sino que generan nuevos mensajes. En este nuevo escenario, el canal puede crear y no solo transportar.
• Modulación del sentido: La forma en que un canal presenta el mensaje (estética, visualidad, velocidad de entrega) influye directamente en la percepción del receptor.
• Canal como agente semiótico: En entornos digitales, los canales ya no son simples soportes técnicos, sino configuraciones culturales con lógica propia. Plataformas como TikTok, Twitter, etc funcionan como lenguajes en sí mismos, al establecer formatos, estilos comunicativos y normas implícitas que modelan lo que se dice y cómo se interpreta.
2.3 ¿Qué es un canal semiótico?
Es un medio que no solo transmite mensajes, sino que también participa activamente en la interpretación y modulación de signos, contribuyendo a la "fusión semántica" del sentido. Desde la semiótica, el canal procesa o depende de sistemas de signos (códigos) y contextos para generar significado, más allá de ser un simple conducto físico como ondas o cables. En entornos digitales, los canales como buscadores o redes sociales, usan algoritmos para analizar signos (palabras, imágenes, hashtags) y priorizar contenido, afectando cómo se construye el sentido.
Ejemplos
Buscadores:
En un buscador, el canal semiótico se manifiesta en cómo el algoritmo procesa los signos de una consulta (por ejemplo, las palabras clave "cambio climático"). Cuando un usuario ingresa esta búsqueda, el algoritmo analiza los signos (términos, sinónimos, contexto lingüístico) y los combina con datos del usuario (ubicación, historial) para seleccionar y ordenar resultados relevantes. Este proceso no es solo técnico: el canal interpreta los signos para decidir qué artículos, imágenes o videos son más pertinentes, modulando el sentido que recibe el usuario. Por ejemplo, si el buscador prioriza un artículo científico sobre un blog sensacionalista, está participando en la "fusión semántica" al moldear qué significados sobre el cambio climático llegan al receptor. Esto hace que el buscador sea un canal semiótico, ya que no solo transporta información, sino que la filtra y organiza según un sistema de signos.
En una red social, el canal semiótico se observa en cómo los algoritmos seleccionan el contenido que aparece en el feed de un usuario. Por ejemplo, si alguien publica un mensaje con el hashtag #JusticiaSocial, el algoritmo analiza este signo (el hashtag) junto con otros (palabras, emojis, interacciones previas) y decide si amplifica el mensaje, lo muestra a ciertos usuarios o lo relega.
Este proceso semiótico implica interpretar el significado del hashtag y el contexto (por ejemplo, tendencias culturales o preferencias del usuario) para determinar la visibilidad del mensaje. Así, la plataforma no solo transmite el post, sino que modula el sentido al priorizar ciertos contenidos, contribuyendo a la "fusión semántica" entre emisor, receptor y canal.
3.1 El Ruido
El ruido es cualquier interferencia que distorsiona, bloquea o contamina el mensaje durante su transmisión. En la era de los algoritmos, el ruido no desaparece, sino que se redefine:
• El filtrado algorítmico no siempre es neutro.
• Aparece un nuevo tipo de distorsión: el ruido de perfilado, donde lo que se muestra (y lo que se oculta) depende de interpretaciones probabilísticas sobre el usuario.
• Este filtro puede alterar la percepción del mensaje incluso antes de que llegue al receptor.
Por ejemplo, en una plataforma de comercio electrónico, el ruido de perfilado ocurre cuando el algoritmo, basándose en el historial de búsquedas y compras del usuario, prioriza productos específicos. Si un usuario busca “zapatillas” y previamente ha comprado artículos de bajo costo, el algoritmo puede mostrar principalmente zapatillas económicas, ocultando opciones de mayor calidad o precio, distorsionando así el sentido del mensaje original (la intención del usuario de explorar todas las opciones disponibles).
Otro caso se observa en los motores de búsqueda, cuando alguien busca “cambio climático”, el algoritmo utiliza datos del usuario (ubicación, búsquedas previas) para personalizar los resultados. Esto puede generar ruido de perfilado si, por ejemplo, un usuario con historial de búsquedas sobre negacionismo climático recibe artículos que refuerzan esa postura en lugar de información científica, alterando el sentido que el emisor original (ej., un científico) pretendía transmitir. Estas distorsiones algorítmicas, propias del ruido de perfilado, afectan la construcción de sentido al condicionar qué mensajes llegan al receptor y cómo se interpretan, evidenciando el rol activo del canal en la fusión semántica.
Ya no hablamos solo de un medio que transmite mensajes, sino de un entorno en transformación permanente, donde tecnología y conciencia colectiva se entrelazan. En este nuevo paisaje, lo que está en juego no es solo el mensaje: es la forma en que lo compartimos, lo fusionamos semióticamente y lo resignificamos.
Mi definición plantea la comunicación como "un proceso semiótico, dinámico y evolutivo; el arte de habitar el espacio entre lo que somos y lo que compartimos".
Lejos de ser una transmisión lineal, es "el tejido de la conciencia, el entramado que posibilita generar sentido, a partir del cual las sociedades se organizan y la cultura adquiere forma". Esta propuesta introduce tres innovaciones clave:
1. Intercambio activo y retroalimentación: La comunicación es un proceso bidireccional donde los bucles de retroalimentación ajustan y transforman los mensajes, alineándose con principios cibernéticos.*
2. El canal: Los canales digitales, impulsados por algoritmos, seleccionan, priorizan y reconfiguran contenido. "El canal ya no es una autopista vacía; es una infraestructura inteligente que decide qué circula, a qué velocidad y en qué dirección".
3. Ruido redefinido: El ruido incluye distorsiones algorítmicas, como el "ruido de perfilado", donde los datos del usuario determinan la visibilidad de los mensajes.
3. 2 La Cibernética
Como disciplina, estudia los sistemas de control y comunicación en organismos y máquinas, enfocándose en cómo la retroalimentación regula y adapta procesos (Wiener, 1948).
Cuando menciono los "bucles de retroalimentación" que "ajustan y transforman los mensajes" reflejo directamente un principio cibernético clave: la retroalimentación (feedback), que permite a un sistema autorregularse respondiendo a las salidas para ajustar las entradas.
En el contexto de la comunicación, los principios cibernéticos son relevantes porque:
• Bidireccionalidad: Mi definición de comunicación destaca que es un proceso bidireccional, no lineal, lo cual se alinea con la cibernética, que ve los sistemas como dinámicos e interactivos.
• Retroalimentación: Los bucles de retroalimentación, como los comentarios de un receptor que modifican el mensaje del emisor (por ejemplo, en una conversación o en interacciones en redes sociales), son un mecanismo cibernético que asegura la adaptación del proceso comunicativo.
• Entornos digitales: En sistemas digitales, los algoritmos (como los que seleccionan contenido en redes sociales) funcionan con principios cibernéticos, ajustando la salida (contenido mostrado) según datos de entrada (interacciones del usuario), lo que conecta con la idea del canal como "mediador activo" que participa en la "fusión semántica".
Ejemplo
Un ejemplo es una conversación en una plataforma digital. Cuando un usuario publica un mensaje y recibe comentarios, ajusta su próximo mensaje según esas respuestas (retroalimentación). Los algoritmos de la plataforma, al priorizar contenido basado en interacciones (likes, retweets), refuerzan este bucle, actuando como un sistema cibernético que regula la comunicación. Esto ilustra cómo los bucles de retroalimentación transforman el sentido (canal como "mediador activo").
Las cinco funciones del canal moderno: selección algorítmica, reconfiguración del mensaje, emisión activa, modulación del sentido y formación de identidad. Estas funciones posicionan el canal como un agente cultural y semántico, transformando la construcción del sentido.
4. Análisis crítico
En la definición planteada busco capturar la complejidad de la comunicación en la era digital, donde los canales, lejos de ser neutros, actúan como agentes activos que fusionan semánticamente el sentido en interacción con el emisor y el receptor.
Esta fusión semántica, impulsada por algoritmos como redes neuronales profundas, justifica redefinir la comunicación, ya que los canales digitales procesan datos de usuario (historial, preferencias) para priorizar contenido, introduciendo sesgos algorítmicos.
Estos sesgos, al basarse en datos sesgados, pueden amplificar narrativas dominantes o silenciar perspectivas minoritarias, como las de género o raza (Noble, 2018).
Por ejemplo, el algoritmo, basándose en interacciones previas (ej., comentarios o retuits sobre temas políticos), prioriza contenido que refuerza la postura ideológica del usuario (ej., apoyo a una reforma económica) y oculta opiniones críticas, amplificando la polarización al limitar la exposición a perspectivas diversas.
Este ejemplo muestra cómo los algoritmos, como canales activos, distorsionan el sentido al crear "burbujas de filtro", un fenómeno clave en la polarización social.
Además, la fusión semántica plantea la pérdida de agencia humana: cuando los algoritmos generan o reconfiguran contenido autónomamente, los emisores pierden control sobre el significado final (Zuboff, 2019).
Esto genera dilemas éticos sobre la responsabilidad del sentido.
Mi enfoque constructivista refleja estas dinámicas.
Aunque expresiones como “tejido de la conciencia” podrían requerir validación empírica desde algunas disciplinas, aquí se sostienen como una síntesis metafórica con anclaje interdisciplinario.
Reconozco que el énfasis digital del análisis podría relegar otros contextos comunicacionales. Futuras investigaciones podrían abordar cómo mitigar estos sesgos y preservar la agencia humana en los procesos de fusión semántica.
Este trabajo introduce una afirmación que no ha sido formulada explícitamente por los enfoques clásicos: el canal dejó de ser neutro. Esta frase representa una ruptura con el paradigma instrumental de la comunicación, donde el canal era concebido como un medio pasivo, sin agencia.
Hoy, frente al diseño algorítmico, la hipersegmentación y los filtros semánticos que jerarquizan lo que se muestra y a quién se muestra, el canal ya no es solo un transporte del mensaje: interviene, filtra y condiciona el sentido.
Esta conceptualización propone una mirada semiótica activa del canal, en la que su estructura y programación forman parte del sistema de producción de sentido. Se trata de un cambio de paradigma necesario para comprender las nuevas tensiones del entramado comunicacional en la era digital.
5. La Comunicación como tejido de la conciencia: Una Fundamentación Interdisciplinaria
En mi definición de la comunicación, afirmo que es "el tejido mismo de la conciencia, el entramado que posibilita generar sentido, a partir del cual las sociedades se organizan y la cultura adquiere forma".
Esta frase encapsula la esencia de la comunicación como un proceso fundacional que trasciende la mera transmisión de mensajes, configurando la experiencia humana y social.
Semiótica: Desde la semiótica, la comunicación es un sistema de signos que genera sentido a través de códigos compartidos (Eco, 1976). El “entramado" representa la red de significados que conecta a los individuos, donde cada signo (lingüístico, visual, digital) se interpreta en función del contexto.
La fusión semántica, como propongo, describe cómo el emisor, el receptor y el canal integran estos signos para producir significado.
Esta perspectiva asegura que la comunicación no es un acto aislado, sino un proceso relacional que constituye la base de la interacción humana, sería reduccionista decir que la comunicación es solo la transmisión de información.
Teoría de sistemas: La teoría de sistemas ve la sociedad como un sistema complejo donde la comunicación actúa como el mecanismo de autoorganización (Luhmann, 1995). El “tejido" es la red de interacciones que mantiene la cohesión social, mientras que “generar sentido" refleja cómo los sistemas procesan información para adaptarse y evolucionar. Los canales digitales, con su capacidad de selección algorítmica, reconfiguran este entramado, introduciendo dinámicas no lineales. Esta visión sistémica defiende mi frase al mostrar que la comunicación estructura la sociedad.
Neurociencia: Desde la neurociencia, la conciencia emerge de redes neuronales que procesan estímulos intersubjetivos, muchos de los cuales provienen de la comunicación (Damasio, 2010). El "tejido de la conciencia" alude a cómo las interacciones comunicativas moldean las representaciones mentales, desde el lenguaje hasta las narrativas culturales. Los algoritmos digitales, al modular la exposición a estímulos, influyen en estas redes, afectando la percepción y el sentido. Esta perspectiva científica asegura que mi afirmación no es meramente metafórica.
Sociología y antropología: La sociología y la antropología cultural ven la comunicación como el proceso que construye y reproduce la cultura (Geertz, 1973). El "entramado" simboliza las prácticas comunicativas que dan forma a normas, valores e identidades colectivas. La cultura "adquiere forma" porque la comunicación, a través de rituales, narrativas y ahora algoritmos, organiza las experiencias compartidas. Los sesgos algorítmicos, como el "ruido de perfilado", pueden distorsionar este entramado, afectando la equidad cultural. Esta perspectiva sociológica refuerza mi perspectiva en cuanto a la organización social.
Ciencias de la computación: En la era digital, los canales, impulsados por algoritmos como redes neuronales profundas, no solo transmiten, sino que fusionan semánticamente el sentido (Barabási, 2016). Los sistemas de recomendación, basados en modelos probabilísticos, procesan datos de usuario para priorizar contenido, introduciendo sesgos que moldean el "tejido" comunicativo. Esta intervención técnica valida mi afirmación, ya que los canales digitales actúan como agentes en la producción del sentido.
Filosofía: Desde la filosofía, la comunicación es el fundamento de la intersubjetividad, el espacio donde los sujetos construyen su existencia colectiva (Habermas, 1987). El "tejido de la conciencia" refleja cómo la comunicación constituye la realidad humana, mientras que el "entramado" evoca la red de significados que sostiene la cultura. La pérdida de agencia humana, cuando los algoritmos priorizan contenido polarizante, plantea dilemas éticos sobre la autenticidad del sentido (Zuboff, 2019).
Conclusión:
Mi frase “La Comunicación como Tejido de la Conciencia” no es solo una metáfora, sino una síntesis interdisciplinaria que posiciona la comunicación como el fundamento de la conciencia, la sociedad y la cultura. Al integrar perspectivas científicas, respondo a posibles críticas y abro caminos para explorar cómo los algoritmos y los sesgos reconfiguran este tejido.
En esta propuesta, la comunicación no se limita a ser una herramienta para transmitir información, sino que se convierte en el sustrato mismo sobre el que se construye la conciencia colectiva.
No hablamos de la conciencia individual como componente principal, sino de una conciencia colectiva que se construye cuando los sentidos se comparten, los signos se intercambian y las experiencias se integran.
Lo que una sociedad cree, siente y prioriza está modelado —y muchas veces condicionado— por los canales, códigos y retroalimentaciones que rigen la comunicación.
Desde esta perspectiva, la comunicación no solo refleja la conciencia social: la teje activamente.
En el presente enfoque, el término conciencia es utilizado en sentido colectivo y simbólico, como una instancia emergente de los intercambios semióticos que configuran sentido compartido entre sujetos dentro de un marco sociohistórico determinado.
Desde las ciencias cognitivas y neurocientíficas, la conciencia suele definirse como un fenómeno subjetivo ligado a la autopercepción individual y a la actividad cerebral. Esta definición no entra en conflicto con la propuesta aquí desarrollada, en tanto no se sugiere que toda entidad que emite o recibe mensajes posea conciencia individual.
Más bien, se retoma una mirada afín a ciertos marcos de la fenomenología, la semiótica y la sociología del sentido, donde la conciencia puede entenderse también como una construcción intersubjetiva que emerge de los vínculos comunicacionales.
En este sentido, se considera que los canales y los signos no sólo transmiten información, sino que al articularse en sistemas, dan lugar a tramas simbólicas donde se co-crean visiones del mundo, valores y estructuras de interpretación compartidas. Es allí donde se instala la noción de comunicación como tejido de la conciencia, entendida como la arquitectura dinámica desde la cual lo humano se reconoce, se transforma y se proyecta.
Mi propuesta invita a los académicos a investigar cómo la comunicación, en su complejidad, sigue siendo el pilar de la experiencia humana.
6. Definición de "Fusión Semántica"
Se refiere al proceso dinámico e interactivo mediante el cual el emisor, el receptor y el canal digital (incluidos algoritmos e interfaces tecnológicas) integran sus aportes para generar sentido de manera conjunta. A diferencia de "co-creación", que puede implicar una colaboración más general, "fusión semántica" enfatiza la síntesis profunda de significados, donde los elementos humanos (intención del emisor, interpretación del receptor) y no humanos (filtrado algorítmico, modulación del canal*) se entrelazan de forma inseparable.
En mi definición esto refleja cómo el sentido no es solo transmitido, sino que emerge de la interacción entre el código (sistema de signos), el contexto y el canal activo. Por ejemplo, un algoritmo que prioriza contenido según datos de usuario contribuye al sentido final tanto como el mensaje original. Este término destaca la naturaleza híbrida de la comunicación digital, donde la tecnología no solo
media, sino que participa activamente en la producción del significado. (Martini Natalia, 2025)
*-Filtrado algorítmico: Se centra en la selección/exclusión de contenido (qué se muestra u oculta). Es un subproceso específico.
Ej: Un algoritmo oculta publicaciones críticas sobre una reforma económica, mostrando solo las que la apoyan.
-Modulación del canal: Es más amplio, abarcando la transformación y reestructuración del mensaje (cómo se presenta, ordena o amplifica). Incluye el filtrado, pero también otras acciones como priorización o contextualización. Ej: El mismo algoritmo citado en el ejemplo de “filtrado algorítmico” reordena el feed para destacar publicaciones virales sobre la reforma, amplificando una narrativa específica y moldeando la percepción colectiva.
7. Consideraciones finales
Mi definición de la comunicación propone un giro de paradigma: entenderla como un proceso semiótico, dinámico y en constante evolución. Al reconocer a los canales como mediadores activos que inciden en la construcción de sentido, se traza una ruptura con las teorías clásicas y se abre paso a una mirada que abraza la complejidad de los entornos digitales actuales.
Como las hormigas que, mediante señales químicas, construyen colonias de orden sublime, o las neuronas que, a través de impulsos sinápticos, dan vida a la conciencia, la comunicación es el tejido invisible que organiza nuestras sociedades. En este entramado, los algoritmos y las interfaces digitales, cargados de un ruido multifacético —físico, técnico y algorítmico—, modulan el sentido, enriqueciéndolo o desafiándolo.
La comunicación no es un acto trivial: es el proceso que construye vínculos, el mecanismo que configura la cultura, el impulso que activa la conciencia colectiva.
Es la arquitectura invisible que eleva nuestras acciones cotidianas al plano de lo colectivo, donde cada mensaje es una pieza del relato compartido que llamamos humanidad.
Desde la precisión técnico-científica, los avances en inteligencia artificial y análisis de datos han transformado los canales en entornos digitales activos que redefinen cómo compartimos el sentido.
Mi propuesta es una invitación a los académicos para que se unan a esta odisea: exploren cómo la comunicación, en su danza con la tecnología, reconfigura la conciencia, la sociedad y el destino humano. Que este marco guíe investigaciones futuras, que aborde los desafíos éticos de nuestra era y consagre la comunicación como el fundamento esencial de la humanidad, el cimiento invisible que sostiene el alma de nuestras civilizaciones.
“Con comunicación, todo se transforma. Sin ella, nada empieza…”
— Lic. Natalia Martini, 2025
8. Referencias
• Aristóteles. (2000). Retórica (Trad. A. Bernabé). Madrid: Alianza Editorial.
• Eco, U. (1976). Tratado de semiótica general. Barcelona: Lumen.
• Lasswell, H. D. (1948). La estructura y función de la comunicación en la sociedad.
• En L. Bryson (Ed.), La comunicación de ideas (pp. 37–51). Nueva York: Harper.
• Robbins, S. P., & Coulter, M. (2005). Administración (8.ª ed.). México: Prentice Hall.
• Shannon, C. E., & Weaver, W. (1949). La teoría matemática de la comunicación. Urbana: University of Illinois Press.
• Wiener, N. (1948). Cibernética: o el control y comunicación en el animal y la máquina. Cambridge, MA: MIT Press.
• Barabási, A.-L. (2016). Network Science. Cambridge University Press.
• Martini, Natalia (2025). Historia de la Comunicación.
Portal RRPPnet. https://www.rrppnet.com.ar/hiscomunicacion.htm
• Noble, S. U. (2018). Algoritmos de opresión: Cómo los motores de búsqueda refuerzan el racismo. NYU Press.
Por: Natalia Martini. Lic. en Relaciones Públicas e Institucionales. Desarrolladora Full Stack.
Especialista en Comunicación.
CEO en NM Comunicaciones-Agencia de Comunicación y Marketing. (Junio 2025)
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